En noviembre, un usuario llamado FlowGPT publicó una canción hecha con inteligencia artificial (IA) llamada NostalgIA, a partir de las voces de Bad Bunny, Justin Bieber y Daddy Yankee. Viral instantáneo en redes sociales. Algunos dijeron que era mejor que el último álbum de Bad Bunny.

“Si a ustedes les gusta esa m*** de canción que está viral en TikTok, sálganse de este grupo, no merecen ser mis amigos. No los quiero en la gira”, respondió el músico puertorriqueño en su canal de WhatsApp. Muchos tomaron esta reacción como inmadura.

En abril de este año, un fan de Oasis hizo un álbum completamente hecho por IA, al cual llamó AISIS. “Estos jodidos idiotas claramente tienen demasiado tiempo libre y demasiado dinero para poder tener la tecnología para joder haciendo eso, sólo para reírse”, comentó Noel Gallagher, exmiembro de Oasis. Mientras que su hermano Liam comentó que “es mucho mejor que la música que ha salido últimamente».

Ese mismo mes apareció la canción Heart on My Sleeve, “colaboración” entre The Weeknd y Drake, pero gracias a la IA. Mucha gente la compartió por redes sociales, especialmente en Tik Tok, donde se convirtió en tendencia. Esto causó que Universal Music Group (UMG) obligara a las plataformas de streaming que eliminara esta canción y, además, pidió bloquear las canciones hechas con IA.

Entiendo la posición de los artistas. Producir un álbum no es fácil, es un proceso que toma tiempo y esfuerzo. Entiendo que los músicos estén preocupados, pues la IA no solo puede imitar voces, sino también crear beats y letras de canciones.

Sin embargo, la IA diseñada especialmente para el ámbito musical tiene sus beneficios. Existen herramientas que ayudan en a crear ritmos que te ayuden a componer y producir tus canciones.

De hecho, hay artistas que abrazan los beneficios de la IA. La islandesa Björk, por ejemplo, ha colaborado recientemente con Rosalía en una canción titulada Oral, cuyo video fue realizado con IA. La canadiense Grimes ha creado su propia IA que permite usar su voz para que otras personas hagan canciones, pero he aquí el detalle: ella recibirá el 50% de regalías por cada proyecto.

Un problema que tengo con la IA tiene que ver con la ética. ¿Qué tal si alguien toma tu voz y la usa para su beneficio personal? A pesar de que los fans pueden disfrutar estas versiones —me incluyo—, siento que se debería debatir desde diversos aspectos —legales, filosóficos, comerciales, morales, en fin— para establecer reglas razonables para las partes involucradas.

Hace poco hubo una huelga de actores y escritores en Hollywood. Una de las razones de la protesta fue el uso de IA para escribir guiones o reemplazar actores con versiones digitales para ser usados sin permiso y sin regalías. Tal vez, como ocurrió con esos gremios, sea necesario poner límites al uso de la IA en la industria musical, pues esta tecnología ha venido para quedarse y nunca sabemos lo que depara al futuro.