Esteban Toribio Por Esteban Toribio mayo 04, 2025

¿Cómo comienza tu historia con los sables de luz?
Mi primer recuerdo de Star Wars es un sable de luz. Recuerdo claramente la escena en la que Luke Skywalker empuña el arma en Una Nueva Esperanza. Es una imagen que se quedó conmigo desde niño. Siempre quise tener uno que realmente se sintiera como algo salido del universo de la saga. Pero en ese entonces era algo inalcanzable. Fue esa fascinación lo que, años más tarde, me llevaría a fabricar mis propios sables.

¿Siempre quisiste dedicarte a esto?
No, mi vida era completamente diferente. Estudié ingeniería de sistemas y trabajé en el campo por más de diez años. Era un trabajo estable, pero muy exigente. Sentía que me enfermaba con la presión, la energía del entorno y las largas horas frente a una pantalla. Llegó un punto en que dije: «Esto no es para mí». Decidí arriesgarme y abrir un taller de autos porque los carros siempre me apasionaron. Pero, aunque disfrutaba el trabajo manual, no era suficiente. Necesitaba algo que realmente conectara con lo que soy. Fue entonces cuando descubrí mi verdadera pasión: fabricar sables de luz.

¿Cómo pasaste de fanático a fabricante?
Todo comenzó en 2015. Me compré un sable de luz de Hasbro, pero sentí que podía mejorarlo. Así que lo desarmé para entender cómo estaba hecho y vi que podía construir algo mejor. Lo primero que hice fue crear uno para mí. Después, empecé a fabricarlos para amigos y conocidos. La primera venta oficial fue el 15 de diciembre de ese año, coincidiendo con el estreno de El despertar de la fuerza. Fue emocionante ver cómo algo que comenzó como un proyecto personal se convirtió en un producto que otras personas querían.

¿Cómo es el proceso de creación de un sable de luz?
Es un trabajo complejo que combina mecánica y electrónica. Cuando comencé, usaba tubos de plástico reciclados, materiales básicos que pintaba con los conocimientos de pintura automotriz que tenía. Pero sabía que si quería algo más auténtico, debía dar un salto al metal. Fue entonces cuando decidí invertir en máquinas especializadas, aprender a manejarlas y empezar a fabricar mis propias piezas desde cero. La parte electrónica también es todo un desafío. Tuve que investigar mucho para encontrar los componentes correctos, como los LED de alta intensidad y los chips programables, que importo de proveedores especializados en todo el mundo. Además, desarrollar el sistema interno de los sables, que incluye las empuñaduras y las lentes que amplifican la luz, fue un proceso de prueba y error.

¿Qué retos enfrentaste al emprender este negocio?
Al principio, todo era muy difícil. Los materiales eran escasos, y conseguir componentes específicos en Perú era casi imposible. Muchas piezas tuve que importarlas, y otras las fabriqué yo mismo a partir de materiales alternativos. Por ejemplo, las puntas de los sables las hacía con resinas y experimenté con diferentes materiales hasta dar con algo funcional. Fue un proceso largo de aprendizaje. Además, no había una comunidad local sólida que apoyara este tipo de proyectos, lo que me obligó a construir mi propio camino.

¿Qué rol juega la comunidad en tu proyecto?
La comunidad ha sido un pilar fundamental. Durante mucho tiempo, mi relación con los fanáticos fue solo como fabricante. Pero este año decidí hacer algo diferente: empecé a dar clases sobre el manejo coreográfico de los sables de luz. Me preparé usando guías oficiales de Star Wars y otras fuentes para enseñar técnicas que respeten el espíritu de la saga. Ahora, nos reunimos mensualmente con un grupo que está aprendiendo desde movimientos básicos hasta coreografías avanzadas. Lo que hacemos no es esgrima ni artes marciales, es algo completamente original, inspirado en las técnicas de combate de Star Wars. Ver cómo las personas se suman a esta experiencia y la disfrutan tanto como yo es increíble.

¿Cómo impacta la competencia en este mercado tan particular?
El panorama ha cambiado mucho con la entrada de fabricantes masivos, especialmente de China. Sus productos son más baratos, pero genéricos. Nosotros nos diferenciamos ofreciendo sables personalizados y un servicio postventa que incluye mantenimiento y reparaciones. Además, innovamos constantemente para incorporar las últimas tecnologías. Conocemos nuestros sables al detalle porque no solo los ensamblamos; los diseñamos desde cero.

¿Qué le dirías a alguien que quiere emprender en un proyecto poco convencional?
Primero, que no tenga miedo de los fracasos iniciales. Emprender siempre tiene altibajos, pero la clave está en no rendirse. También creo que es importante formalizar tu negocio desde el inicio. En mi caso, siempre trabajé de manera legal, con facturación y cumpliendo con los impuestos, aunque eso a veces limite los márgenes. Por último, nunca te duermas en tus laureles. Incluso si tienes éxito, la competencia llegará. Siempre hay que estar aprendiendo, innovando y encontrando nuevas maneras de conectar con tu público.

¿Qué sigue para tu negocio?
Estamos explorando nuevas formas de expandirnos. Por ejemplo, hemos producido un fan film de Star Wars que podría convertirse en una serie. También quiero seguir mejorando mis diseños y adaptándolos a las nuevas tecnologías. Mi objetivo es que cada persona que adquiera un sable no solo reciba un producto, sino una experiencia.

Si pudieras conversar con un personaje de Star Wars, ¿quién sería?
Sin dudarlo, elegiría al Conde Dooku y a Qui-Gon Jinn. Ambos desafiaron las normas de la Orden Jedi, buscando respuestas más allá de lo establecido. Dooku me intriga por su transición al lado oscuro y las motivaciones detrás de sus decisiones, mientras que Qui-Gon siempre fue un visionario que nunca se conformó con las reglas estrictas, priorizando lo que él consideraba correcto. Ambos representan esa curiosidad por explorar lo desconocido y romper límites, algo con lo que me identifico profundamente en mi trabajo y en mi manera de enfrentar la vida.

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Esteban Toribio
Sobre Esteban Toribio

Soy estudiante de la carrera de Comunicación y Publicidad, entusiasta creador de contenido y amante de la buena música. Mi deseo es ayudar a los demás a alcanzar su mejor potencial, y considero que como comunicador puedo lograrlo.

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