Por Daniel Castillo diciembre 10, 2024

Víctor Idrogo es un  fotógrafo peruano con más de 15 años de trayectoria en el ámbito comercial y editorial. Su trabajo ha aparecido en medios como La República, El Comercio, Somos, Cosas, entre otros.

Apasionado por la experimentación, Víctor no se limita a la técnica, sino que explora las posibilidades expresivas de la luz en cada retrato, creando imágenes que transmiten emociones y cuentan historias. En ese sentido, tiene un curso en Doméstika titulado «Iluminación creativa para retratos fotográficos».

Su formación académica incluye estudios en Antropología en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y un máster en Fotografía Contemporánea por el Centro de la Imagen de Lima. Además, ha perfeccionado su técnica en instituciones como el ICP y FIT de Nueva York, y los Foundry Workshops en Buenos Aires.

Actualmente, dirige Icónica, empresa que fundó en 2014.

Teniendo en cuenta que en nuestro país es complicado ser un creativo, ¿cómo nace la idea de ser fotógrafo?

Empecé estudiando fotografía porque me interesaba  y apasionaba. Sin embargo, era algo de lo que no sabía nada. Entonces, saliendo del colegio me dediqué a buscar dónde estudiar. Estudié en un programa de fotografía por un año. Después, quise tener background universitario en ciencias sociales. Entonces, postulé a Periodismo en la Universidad Católica, pero ya dentro escogí Antropología. Fueron unos años muy bonitos.

Trabajaste como fotógrafo practicante en el diario La República.

Era un trabajo soñado. Me encontraba haciendo dos cosas que me gustaban como estudiar y hacer fotos, pero tuve que decidir a cuál le dedicaría más tiempo. Así que dejé de trabajar en La República para ser freelancer. Me di cuenta de que tenía que dedicar mi tiempo completo a la fotografía. Ya había llevado cursos en Nueva York y Buenos Aires, así que decidí que había llegado la hora de abrir mi propia oficina y dejar la carrera de Antropología.

¿Tus padres te apoyaron? Te lo pregunto porque las personas que quieren estudiar esta carrera suelen recibir comentarios desalentadores.

Mi padre es contador y no veía la carrera de fotografía como algo de lo que se pueda vivir. Lo consideraba como un pasatiempo y lo entiendo porque él venía de una profesión de oficina, de tipo jerárquica y corporativa. Mi madre sí me apoyó un poco más. Sin embargo, cuando empecé a trabajar, mi papá vio cómo ponía mucho empeño y yo mismo estaba abriéndome las puertas. Empecé a trabajar en el diario que leía, ahí fui conociendo más gente a la que impresioné con mi portafolio. Si bien al principio no hubo apoyo, luego de ver mi crecimiento profesional lo hubo y ahora trabajamos juntos.

¿De dónde nacen las técnicas que usas para los retratos en tu curso de Doméstika?

En Doméstika es un curso de retrato experimental. Me propusieron hacerlo por las mismas experimentaciones que ya venía haciendo e iba publicando en Instagram. Yo venía de una transición de ser fotógrafo con un poco de influencia del periodismo y de los retratos, a ahondar más en la práctica de estudio. Entonces, empecé a hacer muchas experimentaciones a partir de distintas referencias que fui buscando y viendo tanto en pinturas, fotografías, como en las gráficas en general. Asimismo, invité a distintos amigos, modelos y conocidos a hacer estos retratos.

¿Cuál es la clave para realizar un buen retrato?

Debes conectar rápido con el modelo. Debes saber a quién vas a retratar, se debe investigar o por lo menos googlearlo, y si no tienes cómo acceder a esa información, leer rápidamente en el momento a la misma persona. Tal vez es un poco difícil de enseñar, pero es algo que logras con la práctica. Me sirvió bastante haber estudiado Antropología para diseccionar a una persona o, al menos intentar hacerlo.

¿Qué opinas de la fotografía actual?

El principal cambio no solamente está en lo tecnológico: el mercado también está en constante mutación. Desde el lado del cliente hay una suerte de una relajación en cuanto a la calidad que buscan. Es decir, ya no necesitan un súper especialista, sino alguien capaz de desarrollar un contenido rápido, digerible y que pueda publicarse muy pronto. Esto, sin duda, por el imperativo de las redes sociales y porque estamos en la transición de una industria, que es la impresa, hacia una digital que todavía no sabemos bien cómo es. Para mi generación, o sea, para los que empezamos en fotoperiodismo porque nos gustaba el impreso, es muy impactante. Es un cambio tan potente como pasar del negativo al digital.

 ¿Qué cosas no debería hacer un fotógrafo en la actualidad?

No subir contenido a sus redes. Si alguien está empezando y busca destacar, debe compartir mucho y entender que casi el 60% del trabajo es comunicar. Puedes ser muy hábil, tener herramientas y querer ser el fotógrafo más técnico y especializado, pero tienes que comunicarte para darte a conocer. Anteriormente, la forma de comunicar era salir e ir a reuniones, pero, aunque se sigue haciendo, debe ir de la mano con las redes sociales.

¿Cómo surge la iniciativa de crear Icónica?

Icónica fotografía surgió en 2014 ante la demanda que teníamos. En ese entonces la idea era cubrir la demanda de servicios que nos solicitaban. Teníamos tres equipos formados en paralelo y ya habíamos formado un flujo que consistía en hacer las fotos y calibrar. Lo otro era disponer de más tiempo para fotografiar porque antes yo fotografiaba, editaba y entregaba. Lo que quería era liberar la parte de edición y para eso había que entrenar un equipo en el que yo debía estar bien presente al comienzo. Ese era el flujo que había por encaminar. El relanzamiento que hubo en 2022 con dos socios fue un poco lo mismo, pues tras la primera etapa me puse a estudiar un máster y volví a trabajar solo. Entonces, lo que hicimos fue juntarnos con la misma idea de armar equipos con talentos que conocía, tanto retocadores, directores de arte y asistentes para salir a la búsqueda de trabajos y servicios para todos. El valor diferencial era el equipo, precisamente.

¿Qué desafíos has enfrentado como alguien que hace empresa en este país?

El primer reto ha sido, justamente, armar equipos y delegar, pues es un proceso que toma tiempo, es difícil. Hay que formar, soltar, confiar y comunicar. Eso diría que es el primer el primer reto. El segundo es manejar lo administrativo, financiero y contable.

¿Qué te motiva hoy?

Hacer las fotos que me interesan. Cuando llega un cliente con alguna idea o proyecto, buscamos ofrecerle un trabajo que cumpla sus requerimientos y que, además, integre nuestra visión y estilo. Quiero que las fotos que hagamos tengan como trasfondo el espíritu humano.

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Sobre Daniel Castillo

Estudiante de Comunicación y Publicidad. Gracias a los cursos de periodismo he adquirido conocimientos para realizar entrevistas. Actualmente tengo una empresa dedicada a la fotografía y toda mejora aplicada es de lo aprendido en la universidad.

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