Las restricciones para ingresar a la Plaza de Armas y zonas aledañas como medida contra las protestas y marchas, las cuales se concentran frente a las entidades públicas del Estado, impactan a la economía de los negocios aledaños así como al turismo y a los vecinos de la zona. Durante el gobierno de Martín Vizcarra, el uso de rejas se hizo más frecuente para salvaguardar la zona, sin embargo, se realizaba por un par de horas aproximadamente y luego eran retiradas.

Ya en el gobierno de turno del expresidente Pedro Castillo, la situación se agudizó. Más de 30 rejas estaban instaladas permanentemente, las cuales recién en el mes de setiembre pudieron retirarse luego de que el Poder Judicial admitiera un habeas corpus, interpuesto por el abogado Carlos Fernández Veles, el cual fue seguido por una apelación por parte del gobierno pero que no tuvo éxito.

“Le enviamos oficios tanto al presidente como al Ministerio de Interior, tratando de establecer un diálogo para el uso racional de las medidas de cierre pero solo fue atendido el oficio enviado al Ministerio del Interior que nos sugirió hacer una reunión con el comisario de la zona (comisaría de San Andrés)” manifestó Eduardo Estrada, representante de la Confederación Nacional de Comerciantes (CONACO), quien no asistió a dicho lugar ya que la orden de apertura de las rejas está fuera de su competencia.

Principalmente quienes se ven afectados por el enrejado son los comerciantes que se desempeñan en distintos rubros, desde empresas de turismo hasta oficinas de profesionales de estudios contables y jurídicos.

Tras el fallido golpe de estado de Pedro Castillo, el país continúa atravesando una crisis la cual incrementa las consecuencias para los comerciantes del centro histórico de Lima. “La incertidumbre que traen las protestas nos mantienen a la expectativa de si cerrar o no la tienda” manifestó Jean Pier Hernández, encargado de caja del negocio Churros Españoles ubicada entre jr. Lampa y j. Huallaga. “A comparación del día de ayer, hoy (7 de diciembre) solo tuvimos ventas de un 10%” afirmó.

El enrejado ha generado pérdidas de al menos S/ 144 millones en lo que va del 2022 a los comerciantes y pequeños empresarios de los negocios aledaños, según CONACO. Cabe resaltar que el 80% del total de la mencionada confederación son microempresarios.

Otras consecuencias del enrejado, afirma Estrada, son que el 5% del total de negocios ha cerrado, el 15% ha migrado con sus negocios y una considerable reducción del valor de rentas como consecuencia de la caída de la demanda de locales comerciales y oficinas, pero dicha situación se ha revertido
con el levantamiento de la medida de enrejado. Por otro lado, obras como la peatonalización de las avenidas que bordean Palacio de Gobierno las reconocen como beneficiosas a pesar de que hubo demora debido a que facilita la dinamización en la actividad comercial.

“A pesar del polvo, el ruido de las obras decidimos seguir abriendo la tienda y nada más esperábamos a que concluyeran” comentó Renzo Peralta, trabajador del bazar Habbos en jr. Huallaga.

En este último mes del año, según CONACO, se tenía como expectativa un incremento de las ventas en un 35% respecto del año anterior (aún afectado por la pandemia). Sin embargo, se tienen pérdidas registradas del 25% en lo que va de la campaña. Esto afecta gravemente a los microempresarios ya que el 40% de sus ingresos anuales se obtienen gracias a sus ventas en campaña navideña.

En estas semanas la crisis política sigue agudizándose con lamentables muertes y pérdidas materiales y frente al estado de emergencia, CONACO toma la medida con satisfacción por el buen recaudo de la población, sin embargo, lamentablemente la situación de las pérdidas de los comerciantes son irreversibles, las cuales están tratando de mantener hasta el próximo año.