Tener hijos o no. Para muchos, se trata de un dilema que avanza anclado en una serie de variables reales, que bien podrían englobarse dentro de una palabra: incertidumbre. Y es que episodios como la pandemia, la crisis económica, las guerras y hasta el cambio climático hacen que la decisión de tener hijos deba replantearse.

Lo digo de una vez: la idea de traer hijos al mundo, sobre todo en el contexto peruano, es bastante egoísta.

En 2023, la población del país superó los 33 millones de habitantes y se estima que en 2050 se alcanzaría una población de 39 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Ahora bien, ¿es el Perú un país capacitado para brindar calidad de vida a tantas personas? Yo creo que no.

Procrear no vale la pena en un país donde, según el INEI, cerca de 1.9 millones de ciudadanos perciben ingresos mensuales por debajo de los S/251 (US$67,8) al mes, en el que la pobreza sigue escalando y se estima que estas cifras van en aumento.

No soy antinatalista. Creo en la vida plena, pero, a menos que seas una persona privilegiada, las probabilidades de éxito son bastante escasas. Según un informe realizado por el Laboratorio de Desigualdad Mundial, Perú es el cuarto país con más desigualdad social en el mundo. Partiendo del sistema educativo, se ha identificado que los estudiantes peruanos de los niveles socioeconómicos más altos tienen mejor rendimiento que sus pares de mayor pobreza o de colegios públicos, esto según la prueba Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés).

¿Cómo va el empleo en el Perú? ¿Podré obtener un buen trabajo para solventar los gastos de mis hijos? Lamentablemente no. En lo que va del año, más de 33,000 peruanos se sumaron a la lista de desempleados en Lima Metropolitana. Así lo revela el último reporte del INEI, el cual también señala que la tasa de personas sin un puesto de trabajo creció 8% en el primer trimestre del 2024.

Además, en ese mismo primer trimestre, 6 millones de peruanos estaban aptos para trabajar en Lima Metropolitana. Sin embargo, el número de empleos no ha sido suficiente para satisfacer la demanda.

¿Y qué pasa con una generación preocupada por vivir el aquí y ahora? Según la Encuesta Millennial y Gen Z 2023, más de la mitad de la generación Z (55 %) y los millennials (57 %) en Perú afirman que no tienen un buen empleo y que apenas logran pagar cómodamente sus gastos de manutención cada mes.

Entonces, una generación sin ahorros ni casa propia, ¿es capaz de solventar los gastos que implica tener hijos?

Por otro lado, respirar en Lima puede ser un atentado contra la salud. De acuerdo con el reporte de Calidad del Aire 2023, Perú es el tercer país con la peor calidad de aire a nivel de Latinoamérica. Sumado a ello, un estudio realizado por Ocean Conservancy nos dice que el país cuenta con las playas más contaminadas por residuos sólidos en el mundo.

¿Más datos? Según el Banco de Desarrollo de América Latina, más de 3,5 millones de personas se encuentran sin servicios de suministro de agua potable.

Eso no es todo. El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico se proyecta que para el año 2030, el 58% de la población peruana residirá en áreas con escasez de agua.

Fuera de todo lo mencionado, la corrupción también debe ser una variable para considerar. Un país en el que gobiernan presuntos ladrones que solo se preocupan por llenar sus bolsillos a costa de las necesidades del pueblo. País en el que, según una encuesta de El Comercio, más del 80% de peruanos siente vergüenza del Congreso y el 70% repudia el Gobierno de la actual presidente.

¿De verdad quiero procrear en un país en el que los mandatarios vulneran los derechos de su propia gente?

Creo que estos argumentos deben resonar en nosotros. El sistema está colapsado y, año a año, arrastra a millones de peruanos a vivir una vida injusta y con muchas trabas.

Las nuevas generaciones tienen la oportunidad de redefinir qué significa vivir plenamente, a tal punto que, quizás, renunciar a la procreación sea el primer paso hacia un futuro más sostenible y equitativo.

¿Por qué traer un hijo a un país marcado por la corrupción, la hambruna y la falta de oportunidades?

Es una pregunta que todos deberíamos considerar alguna vez.

 

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