La serie Fallout, disponible desde el 10 de abril en Amazon Prime Video, es una excelente adaptación que expande el universo del videojuego de manera efectiva.

A lo largo de ocho episodios, seguimos a Lucy Maclean (Ella Purnell), Maximus (Aaron Moten) y The Ghoul (Walton Goggins) mientras sus caminos se intersecan y separan cuando exploran un mundo postapocalíptico.

La historia empieza cuando Lucy sale de uno de los refugios nucleares que llevaba dos siglos sellado, tras una guerra nuclear que arrasó la Tierra. Mediante ella descubrimos que este nuevo mundo exterior está lleno de bestias mutantes y personas que han perdido todo rastro de humanidad.

La serie tiene la pinta de un western de ciencia ficción con toques de los años cincuenta del siglo XX. Es una producción disfrutable, aunque no hayas jugado los videojuegos. Ahora bien, si lo jugaste, resulta tremendo placer descubrir las diversas referencias que se presentan.

La serie respeta el material original. No suaviza el tono crudo del videojuego y consigue mantener esa esencia irónica, cínica y llena de humor negro que tantos fans hemos disfrutado en estos años. Todo esto lleno de escenas bastante desagradables y gore, lo que para mí lo convierte en una adaptación perfecta. No es casualidad que Jonathan Nolan —hermano de Cristopher, el reciente ganador del Oscar por Oppenheimer (2023)— sea uno de los creadores. Mención especial a Goggins, pues se roba la serie al darnos las mejores escenas de acción imitando a John Wayne.

Lo digo claramente: es una de las mejores adaptaciones de videojuegos de la historia.