Por Fabricio Pérez Guevara septiembre 14, 2022

El día de jornada estaba en calma, el oficial Barja se alistó para su “ronda” de la tarde, todos sus compañeros formados en filas de 5 se colocaron en posición de atención. Tras recibir a su superior con el gesto militar de saludo, éste procedió a dar las instrucciones del día y algunas quejas recibidas del día anterior. Tras la breve perorata rompieron filas dirigiéndose en parejas hacia sus unidades móviles, saliendo a patrullar las inmediaciones de Pamplona Alta.  

Las horas pasaron, el sol se fue ocultando entre las casas, dejando sombras atravesando la carretera maltrecha, con espacios de tierra, piedras y otros de asfalto. Un auto dio vuelta en la esquina, quedando frente a ellos, lunas polarizadas, incluyendo el parabrisas. El oficial Barja se comunicó con la central de la Diprove y declaró el número de placa del vehículo, cumpliendo con órdenes de inspección de los automóviles con lunas polarizadas, también a los vehículos en actividades sospechosas, con la ausencia o daño de una o ambas placas del mismo (delantera y posterior). El conductor de la patrulla, compañero de Barja, comenzó a seguir al automóvil mientras la central terminaba de hacer la investigación por computadora.

“El vehículo se encuentra en estado de búsqueda y captura” fue la respuesta de la radio para con los agentes de la ley, a lo cual el rugido del motor fue su respuesta, empezando una persecución de la cual solo ellos eran conscientes. Los documentos que se encontraban en la parte trasera comenzaron a saltar debido a la fuerza de los giros, terminando varios de ellos en el suelo. Tras unos breves instantes, el vehículo en cuestión frenó, permitiendo a los oficiales obtener la verificación visual de cómo en la placa los números de serie se encontraban limados hasta el punto de casi desaparecer.

El objeto del presente reportaje recae en aquellos vehículos cuyo número de serie ha sido borrado por completo, volviéndose nula la recuperación del mismo. “Normalmente en los casos que la recuperación del número de serie sea exitosa el caso pasaría a manos de la Fiscalía, y tras una deliberación favorable, se notifica al dueño del automóvil, y en caso no se apersone en un determinado periodo de tiempo, halla fallecido o se determine que la compra del mismo fue a través de dinero lavado o ilícito, es cuando la Fiscalía cierra el caso, pasando el vehículo a manos de PRONABI (Programa Nacional de Bienes Incautados) donde el vehículo se prepara para su consecuente subasta, cuyo dinero se destina al fondo de la Policía para uso de mantenimiento de equipos e instalaciones”, informa uno de los oficiales que laboran en la unidad.

Es debido a estas razones que cientos de vehículos se encuentran en manos de la Policía Nacional sin un lugar a donde ser asignados o depositados, transformando de esta manera a la misma unidad policial, como a múltiples comisarías, en cementerios de vehículos. El número de unidades que terminan aumentando el número de unidades encontradas en estos lugares aumenta año tras año, cuyo problema de espacio y contaminación no solo afecta a los mismos oficiales al no tener espacio al momento de guardar sus unidades (patrulleros, camionetas), sino el foco infeccioso que estos demuestran llegar a ser pues tras los múltiples años de guardado a la intemperie y el desgaste muchas de estas unidades terminan siendo el refugio de animales callejeros quienes llegan a depositar sus desechos dentro, contando también a los carros que se encuentran invadiendo la vía pública que se encuentran utilizados por las personas sin hogar para pasar la noche, aprovechando la nula supervisión de los mismos. “Un día que acompañaba a la grúa para poder dejar estacionado uno de los automóviles en su zona establecida pude observar como de uno de los que habían sido previamente dejados salía una persona corriendo, y tras inspeccionar, encontraron cajetillas de cigarros, envolturas de frituras y ropa en la parte de atrás como si de una cama se tratase”, informó otro de los oficiales encargados.

Vecinos de las localidades manifestaron su molestia contra las unidades ya que llegan a dificultar el acceso a ciertas zonas debido a que dejan un estrecho paso a través del cual conducir, además de la contaminación visual que representan estos carros y camionetas en pésimas condiciones, sobre las cuales el polvo y humedad deja notar los años que llevan en la zona.

Sin duda alguna es un tema que debería de estar en ojos de cada municipio y Fiscalía, la preservación de estas unidades es no solamente nociva para las personas, sino también representan una emanación pasiva de gases y descomposición debido a los componentes plásticos, aceites e insumos por los cuales la maquinaría funcionaba, la cual no es retirada al momento de su almacenaje, permitiendo de esta manera una emisión pasiva de gases y líquidos resultantes de la corrosión de la batería y componentes eléctricos que este posee. Es necesario la revisión de estos vehículos y la predisposición de su desarme y posterior fundición de las piezas metálicas, pudiendo de esta manera ser viable el reciclaje y la venta de lo obtenido.

 

Autores
Sobre Fabricio Pérez Guevara

Alumno de la carrera de comunicación y publicidad de la Universidad Cientifica del Sur, autodidacta y siempre queriendo aprender cosas nuevas. Soy alguien sin miedo a expresarse, con una imaginación volátil y apasionado. Una de las frases que me representan sería “Si tienes como hacerlo, hazlo” y “hacer algo con miedo es querer que eso fracase”.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.