Según Fania, Markolino Dimond fue un joven músico que creció en el Lower East Side de Manhattan con una madre soltera y una hermana. Su padre, que era de Cuba, dejó a la familia cuando Markolino era solo un niño. Aun así, demostró su talento por la música, especialmente el piano.

Con apenas 16 años empezó a tocar junto al flautista Andy Harlow. A los pocos meses lo invitaron a tocar con una nueva orquesta que contaba con dos famosos de la música latina: Willie Colón y Héctor Lavoe. Sin embargo, también enfrentó problemas personales que truncaron su carrera. Falleció de sífilis cerebral en 1986 a los 36 años. 

Markolino Dimond, el pianista rebelde de la salsa, su primer álbum, Brujería, en 1971. Es un tipo de jazz latino y salsa que ha perdurado en el tiempo, consolidándose como una de las producciones más emblemáticas de su carrera. Recomiendo escuchar todas las canciones del disco, pero me quedo con Mi Irmita, pues escucharla por primera vez fue como un amor a primera vista.

Es una canción sobre un hombre que intenta impresionar a su pareja con movimientos raros, a pesar de sus propias inseguridades sobre el baile. La melodía es contagiosa, a tal punto que al escuchar el inicio empiezas a tararear, mover tus manos o tus pies. Es una canción que refleja el deseo profundo de compartir momentos significativos con un ser amado o con tu persona favorita. 

Es una letra sencilla y divertida que me conecta con mis vivencias: cuando suena salsa, es imposible que mi familia se quede sentada y hasta el más tímido se pone a bailar. También me hace recordar a mis abuelos que aman este género. Mi abuelo ya no está con nosotros, pero cuando escuché Mi irmita y pensé mi abuela, me los imaginé juntos nuevamente, gozando y riendo.

Markolino logró un sonido innovador que sigue inspirando a otros artistas y músicos. Aunque las personas no tienden a escuchar música antigua, creo que si se animan a dar una oportunidad a la salsa antigua, escuchen este álbum que no decepciona. ¡La salsa nos recuerda que la vida es una fiesta!