¿Cuántas veces una melodía nos ha devuelto un recuerdo que pensábamos enterrado? Esta canción, íntima y silenciosa dentro del icónico álbum Revolver (1966), no solo fue una de las favoritas de Paul McCartney y John Lennon, también ha sido —para muchos— un recordatorio suave y punzante de ese amor que marcó un antes y un después.
En un disco cargado de experimentación sonora, psicodelia y búsquedas vanguardistas, Here, There and Everywhere aparece como un respiro delicado. Paul McCartney la escribió durante unas vacaciones en la casa de John Lennon, en un momento de calma antes de las sesiones de grabación. La inspiración, según el propio Lennon, vino de la atmósfera vocal de los Beach Boys en God Only Knows, pero también —y esto es importante— de alguien muy real: Jane Asher, su pareja en ese entonces. Ella fue, sin decirlo directamente, la musa de esta joya.
Musicalmente, la canción se aleja del ruido guitarrero de la época para entregarnos una pieza casi perfecta. Arreglos suaves y voces armonizadas al milímetro. Pero lo que verdaderamente la hace inolvidable es su letra: «Each one believing that love never dies», canta McCartney con una ternura que no necesita traducción.
Lo interesante de esta canción es cómo logra hablar de lo absoluto desde lo pequeño. No grita, no ruega, no exagera. Simplemente confiesa: “I want her everywhere /and if she’s beside me I know I need never care”. Un verso que para algunos puede sonar simple, pero que, para quien ha amado de verdad, encierra una verdad brutal: la presencia de alguien amado puede borrar todas las preocupaciones.
En medio del texto, es válido detenerse y pensar en quienes escucharon esta canción no solo como oyentes, sino como espejo. Una persona volvió a ponerla hace poco. Ya no estaba con quien había compartido ese amor, pero, al oírla, los recuerdos volvieron con nitidez. Recordó las caminatas, las charlas, las risas tímidas. Al compartirla con esa persona, aunque ya fuera parte del pasado, entendió que, a veces, el amor no desaparece, solo se guarda. Y la música tiene la llave.
Más allá de lo anecdótico, hay razones por las que Here, There and Everywhere sigue siendo destacada. Lennon, siempre crítico y competitivo con McCartney, la señaló como una de sus canciones favoritas. George Martin, el productor del grupo, también la consideró una de las mejores composiciones de Paul. En un repertorio lleno de clásicos, eso significa mucho.
Entonces, ¿por qué sigue resonando esta canción casi 60 años después? Porque no pretende ser grandiosa, no está hecha para deslumbrar. En cambio, habla con sinceridad sobre lo que significa querer estar con alguien en cada lugar, en cada momento. Es lo que muchos han sentido alguna vez, y lo que pocos se atreven a decir con tanta franqueza.
Here, There and Everywhere no solo se recomienda: se siente. Es un tema que toca algo esencial sin necesidad de artilugios. Es pequeña, pero inmensa. Como esos recuerdos que vuelven cuando menos lo esperas. Que dicen justo lo que no sabíamos que queríamos escuchar. Como ese amor que pasó, pero que cada tanto vuelve. Así, sin avisar. Aquí, allá y en todas partes.
Sobre Paula Romero
Estudiante de Comunicación y Publicidad.