
«A los becados les bajan la pensión y al resto le suben, ¿qué es eso?»
“Que vayan a trabajar y no vengan a j*** aquí, que al resto nos suben la pensión”.
“80% de becados a nivel nacional estudian en esta universidad, ojalá que no sea el nuevo Alas Peruanas”
“Ya no hay filtro en la carrera de medicina siendo sincero”
Son algunos comentarios de usuarios publicados en un grupo de Facebook. Si bien, también hubo reacciones positivas ante el ingreso de nuevos becarios, el descontento por parte de, posiblemente, alumnos de la misma universidad, era evidente. Esto es clasismo y racismo y no debería de ser así.
Beca 18, organizado por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, es un concurso anual que brinda apoyo económico a estudiantes de quinto de secundaria o egresados de instituciones educativas (públicas y privadas) con un destacado desempeño académico, pero que enfrentan problemas económicos o situaciones de vulnerabilidad.
Desde su creación en 2011, ha beneficiado a más de 87 mil jóvenes con educación superior en universidades e institutos. Este programa les brinda acceso a la educación y contribuye a romper el ciclo de pobreza intergeneracional, pues más del 90% de los padres de los beneficiarios no tuvieron acceso a una educación superior completa.
Este año, más de 28 mil jóvenes en situación de vulnerabilidad fueron seleccionados para esta beca. ¿Esto no les dice algo? Tantos estudiantes que buscan seguir estudiando y ser profesionales, no deberían ser considerados un ‘estorbo’ en las universidades. Si reciben apoyo económico es para cumplir una sola misión: ser los mejores alumnos.
Imaginen dedicar años a ser el mejor alumno, ganar una beca por esfuerzo propio y recibir un: “te regalan la carrera”. Este tipo de comentarios demuestra una mentalidad que es persistente en nuestro país: creer que lo ‘gratis’ vale menos. ¿No es admirable que alguien con menos recursos esté en el mismo salón que quien lo tuvo todo? Esto se ve mayormente en Lima y por parte de los mismos compañeros. Opino que el verdadero privilegio es estudiar sin preocuparse por el dinero, no al revés.
Detrás de cada beca hay una historia de resiliencia, de estudiantes que eligieron creen en sí mismo y lo que eran capaces de lograr. Como Lizeth Atoccsa, quien vive en la parte más alta del asentamiento humano Cerro de Puquio (San Juan de Miraflores) y gracias a la beca ahora está estudiando Ingeniería Industrial en la UPC.
Una vez, en los baños de mi universidad, escuché: “la universidad solo debe ser para los que puedan pagarla” y me pregunté: ¿Quién les enseña eso?
Algunos no soportan ver que, a pesar de sus privilegios, hay quienes —con inteligencia y esfuerzo— logran lo mismo (o más) que ellos. Entonces, ¿cómo actúan? Discriminando.
Asimismo, existe la idea de que los becarios egresados no retribuyen al país y solo buscan beneficios con estudios pagados por el Estado. Sin embargo, el 76% de los egresados ya se encuentra activo en el mercado laboral, devolviendo al país su inversión a través de su trabajo profesional. Afirmar que no contribuyen, es pasar por alto que el 80% cumple con servicios en sus regiones natales, llevando sus conocimientos a sectores que lo requieren.
Hasta 2020, Pronabec había entregado más 71 mil becas en sus ocho modalidades. Sin embargo, 17.825 jóvenes (25%) beneficiarios no concluyeron la carrera. La modalidad con mayor deserción fue la de comunidades indígenas. En 2017, debido a que 2 mil jóvenes del programa abandonaron sus estudios de pregrado, el Estado perdió 10 millones de soles. La directora de Pronabec, Marushka Chocobar, dijo que la razón era que los becarios no se adaptaban a las ciudades como Lima y Arequipa y al estar alejados de sus familias, se descuidaban de sus estudios. Por esa razón, se implementaron programas de acompañamiento, para que además del apoyo económico, los becarios tengan asistencia socioemocional y de salud.
Para erradicar la discriminación debemos cambiar la mentalidad de los jóvenes, con iniciativas que incentiven una cultura de respeto y empatía. Por ejemplo, un artículo de la Universidad de Lima destacó la importancia de incorporar principios éticos como la equidad y la no discriminación en las políticas institucionales, promoviendo entornos donde las decisiones no deban privilegiar a un grupo de usuarios sobre otro. Asimismo, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) desarrolla materiales contando las historias de vida de los beneficiarios, visibilizando sus trayectorias, retos y logros. De esta manera, se refuerza la idea de que el mérito y el esfuerzo son los que miden el potencial del alumno, independientemente de la situación económica.

Sobre Alessandra Quiñones
Estudiante de Comunicación y Publicidad. Amante del cine, el R&B y los makis. Ser curiosa me impulsa a aprender cosas nuevas y salir de mi zona de confort. De niña quería ser como Hannah Montana; de grande, quiero ser como David Fincher.