Transmitir en vivo –live streaming– no es solo cuestión de poner una cámara y dar clic en «iniciar». Es mucho más que eso: es una coreografía en tiempo real entre lo que sucede frente a la cámara y lo que percibe el espectador. 

En mi experiencia, la transmisión es un arte que busca entregar una experiencia incluso superior a la del evento original.

Muchos piensan que el éxito de un live streaming radica solo en la tecnología, pero la clave está en la preproducción. 

Para mí, la preparación del OBS o vMix -principales softwares utilizados para la transmisión en plataformas digitales- comienza mucho antes de que las cámaras se enciendan: hay que tener las gráficas listas, comprender de qué trata el evento, anticipar movimientos del expositor o posibles cambios de presentación, verificar que el audio funcione perfectamente, en fin. Todo eso es esencial. 

Pero el verdadero reto está en el momento en vivo. 

La magia sucede cuando, como responsable del live streaming, debes escuchar activamente, anticiparte a los cambios y tomar decisiones en fracciones de segundo para que el espectador sienta que está obteniendo la mejor versión de lo que está ocurriendo.

Como dijo Rickyexp, editor y realizador audiovisual de los streamers Ibai Llanos y El Rubius: «El OBS es un lienzo donde añadimos todo lo necesario para que el espectador disfrute al máximo». 

Tiene razón. En ese lienzo desplegamos gráficos, transiciones y overlays necesarios para que en la transmisión no solo se vea la señal de la cámara sino también gráficos estáticos o animados superpuestos a la señal de video, que no solo complementan, sino que mejoran la experiencia visual y narrativa del evento.

Claro, las herramientas también importan.

En mi caso, prefiero OBS para transmisiones más simples y vMix para aquellas que requieren más capas, como overlays o incluso chroma keys que es la técnica utilizada en el cine para cambiar cualquier tipo de escenario en base a un fondo de un color verde o azul específicos. Pero al final, no importa cuál utilices: lo importante es cómo haces que esa herramienta convierta la realidad en algo aun mejor.