En 2021, la ONU publicó un alarmante reporte sobre los casos de feminicidios a nivel global. La data fue impresionante: 81,100 mujeres fueron asesinadas y violentadas con una intención detrás. 

En 2023, en Perú, se contabilizaron 165 casos de feminicidio, colocando a Lima y Arequipa como los lugares donde se registraron 50 de estos casos.

Si estos números son demasiado largos y tediosos, mejor desglosemos la situación.  

 

Niñas y mujeres son asesinadas a manos de sus parejas o algún familiar.  

En 2021, más de 45 mil mujeres y niñas murieron violentamente a nivel mundial, según la ONU.  

 

Los feminicidios crecieron abruptamente luego de la pandemia.  

12 mujeres a diario son asesinadas en América Latina y el Caribe. 

 

La desigualdad de género en el Perú es un problema que va en retroceso y perjudica el bienestar de muchas mujeres.  

Se incrementó en un 12% los casos de feminicidio entre el 2022 al 2023 en el territorio peruano.  

 

La violencia a la mujer en todas sus formas causa dolor, crea miedo y genera vacíos imperdonables. Lo que se siente no se puede cuantificar ni generalizar.  

 

Maritza Rivas, primer caso de feminicidio en el 2024. Fue encontrada muerta y con signos de estrangulamiento en un descampado en Piura. El asesino, su expareja, consumó la acción por celos.  

Hasta la quincena de febrero del 2024, se han reportado 23 feminicidios en el Perú.  

 

Anabel y Lesly Inocente, de 18 y 16 años, fueron halladas sin vida en un hostal de Huacho. Ambas hermanas acudieron al lugar con engaños por Christian Trujillo. El culpable no mostró signos de arrepentimiento.  

Entre 2018 y 2023 se han registrado que 85 niñas y adolescentes fueron víctimas de  feminicidio.  

 

Ruth Sotelo fue localizada muerta en Cusco, luego de 10 días de intensa búsqueda por su desaparición. Su asesino confeso fue Wilson Yucra, su expareja. La policía dejó ir a Yucra “porque no tenía cara de asesino”, según la hermana de Ruth.  

En el Perú, solo hay 1300 psiquiatras para 33 millones de peruanos. 

 

Yahaira Urcia denunció en cuatro oportunidades a Alex Quezada, su ex pareja, pero fue asesinada por él en la vía pública en Cajamarca. 

En 2018, un 15,6% de mujeres acusaron y denunciaron a sus agresores antes que las mataran.  

 

“Si no eres para mí, no serás para nadie”.

Dijo el feminicida Víctor Hugo Soto. Asesinó a Rosa Peralta Torres, su expareja.

 

María Romero, junto a su bebé de 8 meses, fue reportada como desaparecida hace más de 12 años. Fue hallada enterrada en el terreno de su expareja Paulino Flores en Cajamarca. 

En 2023, se recibieron 5184 notas de alertas sobre mujeres desaparecidas. 

  

Katherine Gómez decidió poner fin a su relación sentimental con Sergio Tarache, pero él no permitiría tal desplante. Le roció gasolina, le prendió fuego y huyó de la escena. Ella murió días después. 

El 59% de los feminicidios ocurren por ponerle fin a una relación sentimental.  

 

“Amar hasta que la muerte los separe”. Qué irónica puede ser esta frase en este contexto. Es evidente que no deberían existir los finales atroces porque el decidir amar implica respetar, cuidar y proteger a la otra parte, no asesinarla.  

 

“Yo quería que su cara quede con marcas, pero no su cuerpo” 

Declaraciones de Carlos Hualpa Vacas, luego de prender fuego a Eymi Ágreda en un autobús y causarle quemaduras graves que le provocaron la muerte el 1 de junio de 2018. La acosaba constantemente.  

 

“Soy inocente” 

Dijo Joel Cáceres Rivas luego de golpear y asesinar a Jessica Ortega en la vía pública porque ella se negó a sostener una relación sentimental con él. Cáceres la acosaba continuamente.  

 

“Ella me pidió que le diera veneno y que la asfixiara” 

Mintió Daniel Juyo Pérez para escabullirse de la justicia, luego de ser capturado por la PNP tras secuestrar, violar y matar a una adolescente de 17 años por la que él se encontraba obsesionado.  

 

La obsesión es una alteración que puede consumir a las personas y llevarlas a perder el sentido común. Ciertamente, mujeres de todas las edades, son víctimas de esta perturbación anímica que día a día envuelve la mente del hombre y abre desenlaces que al relatarse marchitan a nuestra sociedad y deja casos vacíos sin justicia y sin solución.  

 

Yamile Córdova fue hallada muerta en un hospedaje en Piura. Fue violentada durante una hora y, luego, asfixiada presuntamente por Richard Bermeo Román, su expareja.  

Richard se encuentra en la lista de los más buscados por feminicidio. Se ofrece una recompensa de 30 mil soles por información o su captura.  

 

Jhazmín Sánchez desapareció en Cusco, presuntamente Jhon Romero Salcedo la asesinó y dejó su cuerpo mutilado en un terreno de Pujropampa. La madre de la víctima hizo la mayor parte de la investigación para hallar al culpable.  

Jhon se encuentra en la lista del Programa de Recompensas, que ofrece una cantidad de 20 mil soles por información o su captura. Él es un supuesto prófugo feminicida. 

 

Las listas del Programa de Recompensas no deberían existir. Con un trabajo muy bien organizado y con la importancia debida, los presuntos criminales no tendrían que estar desaparecidos por tantos años. Ellos deben estar a disposición de la justicia para hallar la verdad. Con el homicida caminando en libertad, posiblemente el patrón se siga repitiendo y los casos aumenten sin detenimiento.  

 

Soy mujer y tengo miedo al grado de machismo que vulnera la paz de las mujeres.

Pero también soy exigente y utilizo mi voz para comunicar la realidad que no todos quieren ver.

Pido justicia para todas aquellas mujeres que perdieron por este problema que parece imposible de solucionar.

Debemos alertarnos por las cifras y detener el acelerado crecimiento de casos por feminicidios, pero no sentados frente al televisor.

Dejemos de ser espectadores, dejemos de culparlas, dejemos de ser indiferentes. 

Como dijo Lau Crespa en la canción Azul Mineral: “No sabes lo que es el miedo si no te tocó nacer mujer”.

No, no se imaginan el miedo, el dolor y la desesperación de no poder confiar en tu familia, en tu pareja, en nadie.

Basta de quitarnos la tranquilidad de vivir.