José Aburto es Socio y COO de VML Perú, poeta experimental y presidente electo del Círculo Creativo del Perú, institución que reúne a las mentes más talentosas de la publicidad y el marketing del país. Comenzó estudiando economía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero pronto decidió cambiarse a la PUCP.
Como siempre había querido estudiar Audiovisuales, se transfirió a esa carrera apenas se abrió. Estudió algunos ciclos, pero decidió trasladarse a Publicidad al sentirse atraído por el trabajo con las ideas y el impacto de los mensajes. Cuando terminó la carrera, trabajó en tecnologías de la información e hizo una especialidad dentro de Comunicaciones, con enfoque en Publicidad. Esto le permitió desempeñarse en el desarrollo de la creatividad digital cuando estos aún eran emergentes en el país.
En dicha investigación empezó un trabajo de adaptación de su quehacer poético, que practicaba desde los 15 años. Ha sido ganador del Premio Nacional de Poesía en 1999, es conocido por su trabajo en la publicidad y la poesía digital, debido a su exploración constante del lenguaje en entornos tecnológicos.
A los 48 años, su gestión frente al Círculo Creativo representa una oportunidad para promover una industria más diversa, incorporando nuevas voces, fomentando principios éticos, y permitiendo la adaptación a los cambios tecnológicos. Promueve una visión que entiende la creatividad como una potencia cultural capaz de generar un impacto en la sociedad. En este diálogo, nos habla sobre los retos y oportunidades que la industria creativa de Perú afronta en un presente de constante evolución.
¿Cómo fomentas en tus equipos la creatividad y la colaboración cotidiana?
El proceso creativo requiere de mucha colaboración. Es necesario un tiempo a solas, pensando, creando y reflexionando sobre lo que se necesita para trabajar en algo que sea completamente nuevo. Y luego es necesario un proceso de colaboración para someter las ideas a un escrutinio mayor. Es muy importante tener un ambiente que fomente esa colaboración, pero también la capacidad de tener momentos de reflexión e investigación para traer a la mesa cosas nuevas.
En la publicidad, ¿cómo asumes la labor de abordar temáticas sociales y éticas?
No es fácil. Es una reflexión constante porque eso va evolucionando. Viví una época de mucho cambio en relación a lo ético. Cuando empecé, había piezas publicitarias que hoy no saldrían jamás, bajo ningún criterio. La sociedad ha ido más rápido que la publicidad en muchos casos. Pero gracias a algunos fracasos muy sonados se ha tenido que encontrar una manera más sensible de incorporar un criterio en lo que se comunica.
¿Qué tendencias crees que impactarán más en la creatividad de la publicidad peruana?
La inteligencia artificial. El discurso de que va a cambiar el mundo es más cierto en algunas áreas que en otras. En comunicaciones, por ejemplo, es muy cierto. Ya hay herramientas que reducen tiempos y costos.
¿Cómo te preparas para liderar esa transformación?
Parte de mi función como jefe de operaciones es la implementación de la inteligencia artificial en la agencia. Esto nos fuerza a vernos al espejo para saber si algo debería seguir igual o si vale la pena un cambio.
¿Qué dirección estás proponiendo para actualizar el Círculo Creativo?
Hemos entrado con la idea de replantear el Círculo. Sentimos que necesitamos escuchar e incorporar, sobre todo, a los más jóvenes. La razón por la cual me presenté al Círculo fue justamente esa. Las voces más necesarias de ser escuchadas son de las personas nativas a estas inteligencias artificiales, para saber cuáles son sus preocupaciones, cómo se sienten, que pueden contribuir, qué valor les damos dentro de la estructura y cómo podemos incorporar estas nuevas formas de trabajo. Creemos mucho en establecer un mejor trabajo creativo con la incorporación de voces más diversas.
¿Cómo evaluarás el éxito de tu gestión?
Será difícil porque son dos años de gestión. Esperamos, al final de este proceso, haber establecido alianzas con más instituciones, tanto académicas como empresas de comunicación. También la diversificación de los miembros: personas más jóvenes, de provincia, con diferentes voces y formas de trabajo. Deseamos que todos sientan que el Círculo es su casa y un aliado para contribuir a la comunidad creativa.
¿Cuál es uno de los desafíos más importantes para la industria creativa peruana?
Una de las cosas que más hemos discutido en la nueva junta del Círculo es que, como ocurre en otros países, se considere a la creatividad publicitaria y de producción audiovisual como industrias culturales que aportan. Sentimos que aquí aún no se da y queremos ayudar. Es una de las industrias que genera mayor cantidad de comunicación en el país, pues tiene un impacto social, ético, intelectual, psicológico. Necesitamos ayudar a que los creativos sean parte de eso.
Con respecto a la poesía, ¿qué te llevó a buscar la experimentación digital?
Fue un proceso muy natural. Si bien he escrito poesía desde los 15 años, un momento muy importante fue cuando gané un premio nacional de poesía en 1999. Cuando la periodista a cargo me preguntó qué iba a hacer con el dinero, le dije que me iba a comprar una computadora, pues para mí era natural pensar en la computadora como una máquina de hacer poesía. Pero fue una sorpresa cuando la entrevistadora lo sintió como una ofensa, ya que para ella la poesía no podía existir dentro de una computadora. Ahí me di cuenta de que mi percepción de lo que era la poesía estaba un poco trastocada por mi acceso y familiaridad con los instrumentos digitales. Por tanto, se me hizo muy natural iniciar mi quehacer poético dentro de un ambiente digital.
¿Hay formas tecnológicas que te gustaría utilizar en la poesía?
Claro, hay muchas cosas en las que la tecnología puede aportarle al arte del lenguaje. Lo que ambos tienen en común es que están en constante cambio. Hay muchos ámbitos de la tecnología que siguen siendo altamente experimentales. Es el deber de los poetas experimentar con estas nuevas herramientas para ver qué posibilidades le genera al texto, al pensamiento y a la sensibilidad poética. También brinda la posibilidad de incorporar nuevas formas de interacción para hacer vivir esta emoción poética en las personas.
Tanto en la poesía como en la publicidad, ¿cómo nutres tu lado artístico?
Siempre estoy leyendo algo. No se trata de leerlo rápido ni estudiarlo, se trata de leer a tu manera, a tu ritmo, porque te gusta. También se debe estar atento a las tendencias, ya que es muy importante para mantener la creatividad activa.
Una de tus obras, el cómic Oyuquito con Charqui con Sebastián Burga, demoró 7 años en escribirse. ¿Qué descubriste sobre el proceso creativo mientras desarrollabas este proyecto?
El proceso de creación toma muchos años, involucra muchas habilidades que uno debe sumar poco a poco. Una de las cosas que debe aprender el creativo es que debes ser creativo con tu propia carrera, con la estructura que das a tu trayectoria. Implica mucho ingenio, valor, intuición, formación y gran cantidad de repeticiones mínimas de una habilidad para desarrollar un talento. Por ejemplo, hay que dedicar buen tiempo a ser diseñador antes de empezar a diseñar bien. Esa capacidad de repetición y persistencia es parte de ser creativo.
Sobre Cissy Chiroque
Estudiante de Comunicación y Publicidad.






