Jorge Calmet tiene 32 años y es un creador de contenido político y social con más de 753 mil seguidores en TikTok. Ingeniero industrial de profesión, se le conoce en redes como «vocero de la Generación Z». Dejó su carrera en el rubro de las Finanzas por hartazgo y pasión política, motivado por la inseguridad y la injusticia (especialmente hacia su padre). Se define como activista/divulgador que busca informar, empoderar a los ciudadanos y tomar acción contra la corrupción. Asegura que será candidato al congreso por el partido Primero la Gente.

¿Cómo describirías el contenido que haces y tu rol como creador?
Mi contenido busca informar a la gente. Quiero que se conozca la realidad del país y explicar los diferentes problemas que nos afectan desde la política de una manera sencilla, todo con el fin de empoderar y brindar herramientas para votar de manera informada en el futuro. Quiero que la gente tomen acciones, que protesten cuando sea necesario y defiendan sus derechos ante los abusos del Gobierno, del Congreso o de cualquier entidad del Estado. Busco crear una ciudadanía más fuerte, crítica y activa.

Trabajaste más de diez años como analista de finanzas. ¿Qué te llevó a dejar todo eso?
La verdad es que las finanzas nunca fueron mi pasión. Soy bueno, sí, pero solo lo hice porque necesitaba estudiar algo para apoyar a mi familia. Eventualmente, cuando las cosas eran un poquito más estables y salió TikTok, vi una oportunidad de comunicar cosas que me gustaban porque había mucha desinformación. También era una forma de hacer algo que me guste de verdad.

¿Cómo surgió tu pasión por la política y la comunicación?
La comunicación ha sido más que nada una consecuencia. El interés por la política no diría que siempre, porque no es que haya nacido con eso, pero he tenido mucha influencia. Recuerdo el tiempo de la dictadura de los noventa, las marchas de Toledo y sobre todo el tiempo de la transición. En mi casa se celebró que cayera Fujimori. Mi abuela era la que más sabía de política, nos quedábamos hablando horas de política. Me contaba cómo vivió el gobierno de Leguía, por ejemplo. Me encantaba porque eran historias loquísimas que a veces no salen en los libros de historia. Mi abuela murió a los 103 años.

¿Cuándo la política dejó de ser un simple interés?
Me di cuenta cómo me afectaba a mí profundamente, sobre cuando veía sufrir a mi papá por eso. Así decidí que todos tenemos derecho a saber cómo una mala política de seguridad nos está fregando a todos en este momento, cómo la corrupción en la policía nos friega, cómo el sistema de pensiones es un desastre y hace que miles de personas mayores deban  vivir en la calle o trabajar hasta muy alta edad. «Quiero que la gente pueda entender un poco, pues así podemos generar cambios», pensé.

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Mencionas a tu padre. ¿Esa es tu principal motivación?
Mi motivación es cambiar este país. Cambiar las cosas en cuanto a seguridad,salud, educación, economía, pensiones, agricultura,  todo. Quiero que gente como mi papá tenga un sistema de salud que le sirva. Y no solo él, todos. También quiero que mi hijo tenga un buen país, que no se vaya a otro lado porque no tiene oportunidades. No quiero ver a mi hijo irse. No quiero.

Hablas con mucha cólera y hartazgo sobre la situación del país. ¿De dónde nace esa rabia? 
Además de la inseguridad actual, he vivido muchas situaciones complicadas, sobre todo cuando era más chibolo. Me han robado a mano armada, me han apuntado en la cabeza, he estado a punto de morir dos veces. He tenido que rogar por mi vida para que no me maten, sobre todo porque tengo un hijo y no quería dejarlo solo. Sí, he vivido experiencias de inseguridad y también mi familia, amigos. Estoy harto de soportar ello y tener que ver cómo la gente se muere y no pase nada, que a nadie le importe. Si algo me motiva bastante es el hartazgo, la cólera.

Con las amenazas que recibes, ¿no te detiene el miedo a que te silencien?
Eso no me va a callar. Si callo, me estoy sometiendo, dejo de luchar, dejo que las cosas sigan como están. Y no puedo hacerlo, tengo que hacer lo que pueda y ser coherente. Tengo la oportunidad de que hay gente que me escucha. Y tengo la facilidad por los conocimientos, los estudios, porque me apasiona el tema para transmitir y hasta ahora lo siento hasta como una responsabilidad.  Si callo, ellos ganan. No puedo dejar que ganen. Alguien tiene que luchar. Entonces, mientras haya alguien que siga, no van a ganar.

¿Cuál ha sido la investigación que más te ha marcado o donde sentiste que tu trabajo generó impacto significativo?
La del Hogar de la Niña, hace 8 meses. Fue una investigación que muy pocas personas quisieron ver por los abusos que se daban en el hogar de Trujillo: eran alrededor de 30 niñas a quienes se maltrataba, intoxicaba y/o drogaba para que no se quejaran. Algunas intentaron quitarse la vida. Al mostrar el caso, se evitó que la directora, que habría creado todo este ecosistema de abuso, volviera porque la iban a reponer. Además, se sacó a varias personas involucradas. Ayudé a unas niñas que nadie hacía caso. Fue gratificante.

Cuando miras el Perú, ¿qué tema sientes que no se discute lo suficiente?
Uy, muchas cosas. Por ejemplo, de la AFP se está hablando, pero no mucho de los ancianos y sus condiciones de vida: cómo viven, del sistema de salud que también nos ayude, en fin. Abandonar a los adultos mayores nos impacta a todos a un nivel transversal y gigantesco.

¿Te ves más como periodista o activista?
Me veo más como activista y divulgador. No me considero periodista y nunca digo que lo soy. La razón es que tengo que tomar partido políticamente contra las mafias, la corrupción y los políticos que han destruido este país. Al mismo tiempo, tengo que proponer soluciones y buscar que se ejecuten los cambios que el país y los ciudadanos necesitamos para mejorar nuestras vidas. Incluso si es necesario, pienso entrar en la política para hacer esos cambios con mis propias manos*.

*Nota del editor: esta entrevista se realizó en octubre de 2025, semanas antes de que se conociera que Calmet sería candidato al Congreso.