Los veinte te reciben con extenuantes crisis existenciales, con más dudas que dinero en el banco y miedos que solo pueden compararse con estar en medio del océano sin saber nadar. Es un punto en la vida donde te cruzas con mil contradicciones, pues quieres experimentar la vida al máximo, hacer y sentir todo, pero al mismo tiempo hacer lo contrario. Es la mezcla entre el miedo de saber que nunca más volverás a ser tan joven y la sutil certeza de que te queda toda una vida por delante.
La década de los veinte es la etapa donde solemos finalizar los estudios, tenemos nuestro primer empleo, nos independizamos y buscamos establecer relaciones más maduras. En pocas palabras, nos volvemos adultos, chiquitos, pero adultos. Como parte de esta transición nos encontramos divagando constantemente. Sobre el miedo al futuro, el anhelo al pasado y el deseo de encontrar conexiones reales. Todo esto acompañado de ventiscas cargadas de inseguridad y la sensación estar perdiendo el tiempo. A esto llamo la crisis de los veinte.
Sentimientos que creemos solo nuestros, pero la canadiense Alanis Morissette demuestró lo contrario [sí, tampoco eres único en eso] con Jagged Little Pill (1995), álbum que vendió más de 33 millones de discos y la catapultó al estrellato.
Jagged Little Pill tiene canciones que son una absoluta joya. Ironic, por ejemplo, o You Oughta Know. Sin embargo, para mí, la mejor canción es All I really want y las únicas palabras que podría describirla son: deseo y frustración.
Estoy en básico 3 de inglés, así que no entendí muy bien la letra al principio, pero la música me atrapó. La combinación del folk rock, grunge y el canto en una especie de grito es simplemente magistral. No podíamos esperar menos de una artista que escribió Fate Stay With Me a los nueve años, una canción profunda y densa con líneas como “¿habrá algún fin a mi dolor?”.
Cuando entendí la letra [busqué la traducción] la música y la fuerza de la voz cobraron más sentido. Frases como “no quiero analizarlo todo hoy” o «ahí voy, saltando antes de que suene el disparo” demuestran la ansiedad de vivir en relaciones desgastantes solo por miedo. Y si bien Alanis habla sobre el amor romántico, es comparable al paralizante miedo que sentimos cuando tenemos que enfrentar nuevos desafíos. Del mismo modo, Morissette demuestra la gran frustración de sobrepensar cuando dice “todo lo que realmente quiero es algo de paciencia, una forma de calmar mi voz enojada” o “todo lo que realmente quiero es liberación”.
La mejor parte de la canción es cuando rompe la cuarta pared y te desafía a “soportar” un momento de silencio sin distracciones, y al finalizar pregunta si pensaste en tu ex, en tus cuentas o si solo ansiábamos la próxima distracción.
All I really want es una canción en la que Alanis divaga y hace mil preguntas, porque así son los veintes. De hecho, ella tenía 21 cuando lanzó el álbum. Lo curioso es que esta canción salió hace 30 años, pero sigue representado la sensación de naufragio juvenil a la perfección. Tengo 22 y, de cierta forma, me representa.
No me malentiendas: los veinte son divertidos, aunque hice que sonara cómo la peor etapa de la vida. Lo difícil es que viene con mil desafíos que debes enfrentar y sé que escuchar la canción no resolverá tus crisis, pero la forma poética de mostrar enojo y frustración de Morissette ayudará a que no te sientas solo.
Sobre Katherine Valladares
Estudiante de Comunicación y Publicidad. Ferviente admiradora de las expresiones artísticas y la cultura. Me gusta cuestionar todo. En mis ratos libres, veo películas lentas y experimento con recetas que encuentro en internet.






