Desde pequeña, Gianella Rojas sintió una fuerte afinidad por la creatividad. Disfrutaba del diseño, la fotografía y programas de edición como Adobe Photoshop y Premiere. Aunque en algún momento pensó estudiar Arquitectura, pronto descubrió que lo suyo era la Comunicación.

“En Comunicaciones me gustaba todo. Sentí que podía expresarme mejor”, recuerda.

Durante su etapa universitaria en la carrera de Comunicación y Publicidad, Gianella aprendió a valorar la retroalimentación honesta de sus profesores. Al principio esperaba comentarios amables, pero comprendió que las críticas sinceras eran fundamentales para mejorar.

“Los docentes te dicen las cosas como son, pero también te dan la confianza de acercarte a ellos fuera del aula. Eso ayuda mucho”, señala.

Gianella trabajó como periodista de audiencias en redes sociales en Ojo Público. Su trabajo le exige estar conectada con la actualidad, adaptarse al ritmo de la inmediatez informativa y entender qué necesita la audiencia. Ha participado en coberturas importantes, como elecciones y eventos de coyuntura nacional, donde cada segundo cuenta y la responsabilidad es constante.

Para Gianella, un comunicador no puede limitarse a un solo ámbito. Cree firmemente en la formación de profesionales 360°, capaces de moverse con soltura entre el periodismo, la publicidad, lo audiovisual y lo corporativo. “Un comunicador no puede estar desconectado de la realidad. Tiene que saber de todo un poco”, dice.

En su equipo de trabajo, ha impulsado la creación de nuevos formatos cuando los anteriores se volvían rutinarios. “Cuando todo se vuelve cómodo, es momento de cambiar”, afirma. Para ella, la clave está en mantenerse curiosa, cuestionarse lo establecido y no tener miedo a proponer.

Cree que un buen comunicador debe estar dispuesto a aprender siempre, a salir de la zona de confort y a reinventarse constantemente. Por ello, su mayor consejo para quienes estudian Comunicación es claro y directo: “La comunicación cambia todo el tiempo. Si tú no cambias con ella, te quedas atrás”.