
Tiene casi 40 años trabajando en el periodismo deportivo. Empezó en Radio América en los años ochenta, con Alberto Beingolea. Ha sido creador y presentador de diversos programas periodísticos en varios canales de señal abierta y de cable, tales como América Televisión, Latina o Cable Mágico Deportes (CMD). También ha ocupado cargos de gerencia y dirección en medios. A sus 59 años, se considera una persona apasionada y que no sigue las reglas de los demás. Fue docente en la Universidad Científica del Sur durante 4 ciclos.
¿Por qué dejaste la televisión?
Porque me aburrí. Ya estaba cansado. Trabajaba como gerente y productor, aparte de periodista, por lo que tenía mucho estrés. Negocié los campeonatos mundiales de Rusia y Qatar para Latina, negocié las Olimpiadas, los Juegos Panamericanos y, después de ello, ya no había mucho reto profesional para mí. Comentaba los partidos del campeonato local en un estadio con la luz apagada. Incluso, ya no íbamos al estadio porque el presupuesto era muy alto. Entonces, mirar partidos malísimos los domingos no me gustaba. No tenía sentido para mí estar en una producción de televisión de tres o cuatro cámaras en partidos vergonzosos. No estaba disfrutando y corté.
¿Cómo ves al periodismo deportivo peruano de hoy?
Hay talentos, gente muy buena y algunos que no valen tanto. Lo que pasa es que hoy se democratiza mucho más la información y, por tanto, hay de todo. Cualquiera sube contenido. Hay gente con muchos méritos y por eso están en medios importantes, gente que se construye un espacio de la nada en medios digitales y me parecen muy buenos. Igual, así ha sido en todos los tiempos.
¿Qué opinas de quienes hacen periodismo deportivo independiente en redes sociales?
Igual que en los medios tradicionales: hay gente con mucha calidad y otros que no tienen tanta. Es decir, si comunicas y te sigue mucha gente en redes, estás logrando el objetivo. Entonces, ¿quién puede decirte que no eres bueno? Puede no gustarme, pero el objetivo de comunicar es que te escuche más gente. Ahora bien, hay una responsabilidad que se ha ido perdiendo, que es la búsqueda de la verdad. Hoy, a la gente no le interesa tanto la verdad, sino lo que quieren escuchar.
¿Piensas abrir un medio digital para hacer periodismo deportivo?
Justo estaba hablando con alguien con quien hice radio el año pasado y estamos viendo para hacer lo mismo en nuestras cuentas personales. Hay una posibilidad de comentar en vivo los partidos, no narrarlos, pero en plan de diversión, no para ganar dinero necesariamente. Después, se podrá hacer alguna cosa. Estoy en varias conversaciones para ver algunos proyectos, pues creo que me he tomado el tiempo que necesitaba para descansar, para desconectarme y desintoxicarme del fútbol peruano.
¿Qué pasó con su programa deportivo “El Juego”?
Ahí está todavía. Paré en la radio porque no estábamos comercializando. No era una radio con mucha audiencia y ahora estamos viendo cómo lo sacamos, pero de que vuelve, vuelve. Estamos en conversaciones para ver dónde o si sale en redes propias.
El 2021, en su cuenta de Twitter (ahora X), escribió que es hincha de los futbolistas. ¿No hincha por ningún equipo?
Sí, todos nos vamos haciendo hinchas de algún equipo desde chicos, pero cuando trabajas en periodismo deportivo, comentando partidos y tienes que dar una posición neutral, se va perdiendo la pasión por un equipo. Es decir, uno empieza a ver todos los equipos de la misma forma. Por otro lado, los partidos que más me han gustado eran los que tenían cracks, jugadores de calidad que uno podía disfrutar y decir que alguna jugada pagó las dos horas que se ha estado sentado en el estadio.
¿Los periodistas deportivos deben decir de qué equipo son hinchas o al mencionarlo pierden objetividad?
Creo que hoy se castiga más si lo dices. Cuando tienes tu propio programa no hay ningún problema, pero cuando comentas partidos de fútbol, inclinarte por un equipo puede generar un descontento en el hincha. En mis tiempos, me han destrozado el carro los hinchas de Alianza Lima, de Universitario de Deportes y de Sporting Cristal, pero ninguno sabía de qué equipo era hincha. Ya después con los años algún colega comentó que era hincha de Alianza Lima.
¿Es complicado hacer periodismo deportivo en un país que no es tan exitoso internacionalmente como Perú?
No. En mi caso, he vivido años del periodismo deportivo sin que la selección de fútbol clasifique a un mundial. Además, hoy en día se consume más variedad de deportes. Durante décadas solo se podía hablar de fútbol.
En una entrevista en “Los sapazos de Puchungo”, usted mencionó que lo más complicado del periodismo es que no te dejen hacer algo. ¿A qué se refería?
He tenido la suerte de haber trabajado en medios donde yo proponía las ideas. Soy un tipo apasionado y cuando quiero hacer algo me entusiasmo, siempre me siento con el compromiso de expresar mi manera de sentir las cosas. Por suerte, no he encontrado gerentes de canales o productores que se opusieron a mis proyectos.
En un video que subió a sus redes sociales, criticó a Jefferson Farfán, Roberto Guizasola y a su podcast “Enfocados” al llamarlos “pisapajas del lenguaje”. ¿Qué le incomodó para hablar así de ellos?
«Pisapaja» es una expresión que usaban ellos y lo sé porque he el programa desde el primer episodio. En la entrevista con André Carrillo, éste dijo cosas bastante soberbias. Dije que no se bote, a pesar de que ha sido el mejor jugador peruano durante cinco años, que respete a los demás, que no todos pueden ser tan buenos. Me molestó que Carrillo ningunee a colegas y que Jefferson y Guizasola le sigan la corriente. Eso, básicamente.
¿Considera que se puede vivir bien, económicamente hablando, haciendo periodismo deportivo?
Voy a ser honesto: he tenido la suerte de lograr buenos trabajos. Pero, igual, veía la diferencia que había entre lo que yo hacía en televisión, donde se pagaba muy bien, y lo que hacían mis compañeros en prensa escrita, donde se pagaba mucho menos. Entonces, creo que depende del camino que se pueda labrar cada uno.

Sobre Tomás Amaru Alarcón
Estudiante de Comunicación y Publicidad. Me encanta el fútbol y disfruto mucho viéndolo. Me gusta opinar, conversar y hacer reír a la gente.