La experiencia fotográfica en las aulas universitarias nos deja imágenes cargadas de color y poesía. Los estudiantes, estimulados por la imaginación y la creatividad, emprendieron varios desafíos fotográficos, apropiándose de la luz, las formas y el volumen, y diseñaron imágenes competitivas y con una carga narrativa rigurosa.

El objetivo del curso es impulsar la fotografía desde la comunicación y la publicidad. Si bien exploramos varias categorías fotográficas, los proyectos finales se centran en las cualidades comerciales de la imagen y cómo su construcción busca alojarse en la mente del consumidor. Trabajamos tres categorías: retrato, bodegón y producto.

Los criterios de evaluación plantean metas claras: que cada fotografía esté bien expuesta, que cumpla con las reglas de composición, que el color utilizado comunique, que los esquemas de iluminación transmitan emociones significativas y que el resultado se ajuste a una estructura publicitaria.

Uno se pierde fácilmente al mirar cada fotografía de los estudiantes. Expresarse mediante una cámara fotográfica no es fácil. Entender la luz es muy complejo. Hallar un discurso propio toma tiempo. En ese sentido, elegir las mejores fotos es un reto, sobre todo cuando los trabajos cumplen los objetivos del curso.

La riqueza visual no llega sola: viene acompañada de una rigurosa y compleja lección científica sobre que es la fotografía. En esta casa de estudios nos preocupamos por el éxito de los estudiantes y queremos que se empoderen en el mercado y que, con su mirada, otorguen perennidad a la imagen. Por lo pronto, quedo alegre y satisfecho a ver los resultados de mis estudiantes.

He aquí una selección de los mejores trabajos finales del curso Fotografía General 2023-1 (Sede Villa):

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