Por Sandra Gutierrez enero 19, 2023

Una luchadora frente a este caso es Liliana Rodriguez Mendoza (42). Ella presentó muchas complicaciones luego de que le dieran de alta, no imaginaba que ella viviría todo eso. “Un día me puse a caminar en casa y comencé a ver todo blanco, solo grité el nombre de mi hijo y recuerdo que aparecí en el hospital, había tenido una taquicardia. Me mandaron a sacarme muchos exámenes, me dijeron que era una secuela del covid y que por ello también tenía diabetes”, cuenta Liliana de manera nostálgica.

A casi 3 años desde la aparición del COVID – 19 en el Perú y 217.414 personas fallecidas por esta pandemia, se ha podido observar que muchos sobrevivientes han salido muy afectados física y mentalmente. El centro de salud estadounidense Mayo Clinic afirma que las personas que tuvieron COVID – 19 presentan graves daños en el corazón, los riñones, la piel y el cerebro.

La familia de Liliana la esperaba en casa con tanta felicidad sin pensar en todo lo que vendría luego. “No creí que mi recuperación me saldría tan cara, como dicen mis hijos: sobreviví pero ¿a qué costo?” comentó entre risas. Maria Celia Bazan Bardales, médica general, manifestó que muchas personas no mueren solamente por haber sido infectadas sino por el síndrome pos – COVID 19. Tal cual lo afirma el estudio realizado por la revista Nature donde juntaron a un grupo de personas que ya habían sido infectadas por este virus, teniendo como resultado que el 60% de ellos presenta un mayor riesgo de muerte durante los 6 meses posteriores a la infección.

Maria Uriarte Collantes (45) quien fue contagiada de este virus en el 2020, y pese a que han pasado 2 años sigue viviendo las secuelas del COVID – 19. “El neumólogo me dió 3 días de vida porque mis pulmones estaban infectados a un 70%, para poder salvarme debía ponerme 7 inyecciones al día y estar conectada al oxígeno, yo creía que cuando me recuperará, mi vida volvería a ser la misma pero pensé mal”. Ella trabajaba como ama de casa, anhelaba ser dada de alta para volver a su vida cotidiana, ya que debía recuperar todo el dinero invertido en su salud. “Si cargo una caja, si limpio las ventanas o si estoy mucho tiempo parada me produce tanto dolor en el cuerpo y esa no era yo”.

Un estudio publicado en la revista Journal of the American Society of Nephrology, informó que los pacientes recuperados de COVID-19 tienen 35% más probabilidades de sufrir daños a largo plazo en los riñones o un deterioro de la función renal. No pasaron más de dos años para que a Maria Uriarte Collantes le detectarán problemas en su riñón. “Cuando me dieron de alta, el neumólogo me dijo que siempre me haga chequeos médicos. Me saqué mis exámenes, y el médico me dijo que tengo problemas en mi riñón por los medicamentos que me inyectaron, ahora debo seguir un tratamiento por el resto de mi vida sino tendré que hacerme diálisis” comentó. Sin embargo, se encuentra muy agradecida por seguir con vida pese a todo lo que ha pasado. “Recuerdo que la ansiedad se apoderó de mí, pensé en matarme pero siempre oraba porque Dios me quitará esos pensamientos de la mente”.

Otro caso demostrativo es Judith Vasquez Arenas (21) una joven estudiante de la carrera de medicina. Se contagió cuando tenía 19 años, al principio pensó que no sería tan fuerte porque era joven pero al pasar de los días comenzó a empeorar. “Un familiar salió positivo, automáticamente nos aislamos y me concentré en los que eran adultos mayor en casa, pero yo terminé teniendo más síntomas que ellos”. El primer día ella comenta haber estado bien de salud, pero en el tercer día empezó a decaer. “Recuerdo que me dio un fuerte dolor de cuerpo, me hice una sopa porque no tenía hambre y al probarlo no olía ni sentía el sabor. Todas las noches tenía fiebre, no podía respirar bien y me dolía la espalda”. En su familia la mayoría son médicos, así que contó con el cuidado de ellos.

El doctor Rivera de la clínica Dávila aseguró que los jóvenes también pueden tener un compromiso pulmonar al ser contagiados, es por que muchos de ellos presentan cansancio con mínimos esfuerzos. “Gracias a Dios ahora no tengo graves complicaciones, pero sí lo único que me dejó fue el agotamiento físico rápido y el sentir que no respiro bien, intentó correr pero no hacerlo más de 5 minutos” comentó Judith. La Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis han catalogado las numerosas enfermedades asociadas al Covid-19, proporcionando una visión general de las complicaciones a largo plazo del Covid-19 y revelando la enorme carga que esta enfermedad probablemente supondrá para la población mundial en los próximos años.

En el Perú ya declararon la quinta ola de COVID – 19, pero a comparación del 2020 esta vez la mayoría de peruanos se encuentran protegidos frente a ello. Sin embargo, no se debe bajar la guardía que el virus aún no acabó.

Autores
Sobre Sandra Gutierrez

Estudiante de comunicación y publicidad, apasionada por la danza e idiomas. Siempre hay algo que aprender, por eso soy participante en el voluntariado ‘Legado’ desde hace dos años, además de enseñar cursos de formación artísticas.

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