Por Milena Portocarrero septiembre 04, 2024

El 14 de agosto de este año, el Vaticano anunció la expulsión de Luis Fernando Figari (Lima, 1947) del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), mediante un comunicado publicado en la web de la Conferencia Episcopal Peruana. Desde 2017, Figari radicaba en un “lugar de penitencia” en Roma (Italia). 

“Son solo medidas de Marketing para limpiar el nombre de la Iglesia Católica”, ha dicho José Enrique Escardó, periodista y una de las principales voces en contra del Sodalicio, organización que llegó a tener más de 20 mil miembros en 25 países. 

Escardó fue sodálite en su adolescencia, es decir, miembro del SVC. En el año 2000, publicó una columna periodística sobre los abusos que cometieron miembros de esta organización religiosa. Esa fue la primera denuncia mediática contra el SVC. 

Desde entonces, el Sodalicio ha sido objeto de numerosas denuncias por abusos físicos, sexuales y psicológicos a jóvenes. Formalmente, solo ha aceptado cargos de maltrato físico y psicológico, mas no sexuales. El mismo Figari, miembro fundador del SVC, se ha declarado inocente. 

Otros de los principales acusados fueron Virgilio Lavalle, quien vive en Madrid; Jeffery Daniels, quien vive en EE. UU.; y Germán Doig, miembro fundador que, tras fallecer en 2001, fue propuesto para ser beatificado (el proceso se canceló en 2011 a raíz de las denuncias). 

Uno de los principales investigadores al respecto es el periodista Pedro Salinas, exsodálite y víctima del SVC. Junto a Paola Ugaz, Salinas recopilaron treinta testimonios de abusos del Sodalicio y los publicaron en el libro Mitad monjes, mitad soldados (2016). Cinco casos eran por abuso sexual y tres de ellos involucraban a Figari. Aunque algunos de estos casos ya se habían denunciado al Vaticano en 2011, no habían recibido respuesta entonces.  

Luego de ello, Salinas ha publicado El caso Sodalicio (2017), El caso Sodalicio II (2017), El caso Sodalicio Vol.3 (2018), El caso Sodalicio. Vol. 4 (2019) y Sin Noticias de Dios (2022), todos libros de investigación periodística que documentan los abusos cometidos por miembros de la organización. 

Sobre la reciente expulsión de Figari, Salinas y Ugaz tienen un poco más de esperanza y esperan que este sea el inicio del fin, conscientes de que éste puede llegar en mucho tiempo. Su objetivo es que el Sodalicio sea finalmente suprimido. 

 

Impunidad eterna 

¿Cómo es posible que una entidad que se basa en el amor al prójimo sea protagonista de tantas injusticias y aun así tenga tantos seguidores?  

La situación del Sodalicio me hace recordar a Spotlight, película galardonada sobre una investigación del diario The Boston Globe que descubrió una red pederasta en la Arquidiócesis de Boston. En la vida real, los sacerdotes abusadores solo eran trasladados de una parroquia a otra para evitar el escándalo. El arzobispo acusado de encubrir estos crímenes, Bernard Law, solo fue dimitido de su cargo y enviado a Roma. No hubo sanción penal. Sí, como Figari. 

Podría enumerar más casos de impunidad, pero no tengo espacio.  

No estoy en contra de que adoremos a un dios, pero debemos separar la fe de la Iglesia.  

El Sodalicio, así como otras agrupaciones religiosas, ha encubierto crímenes imperdonables y hasta ahora no hay justicia para las personas que fueron dañadas irreparablemente en nombre de Dios y la fe. ¿Por qué sigue funcionando? 

Sugiero repasar los antecedentes negativos de las religiones y (re)evaluar si debemos formar parte de ellas.  

En mi caso, prefiero regirme a partir de mis principios y valores, no por diez mandamientos o textos sagrados que ni las mismas autoridades de la fe respetan. 

 

**Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente las opiniones o puntos de vista de la Universidad Científica del Sur, sus directivos, empleados o afiliados. La Universidad Científica del Sur no se hace responsable de la veracidad, integridad o exactitud de los datos y opiniones presentados en este artículo. Cualquier acción tomada basada en la información contenida en esta columna es bajo el propio riesgo del lector.

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Sobre Milena Portocarrero

Estudiante de Comunicación y Publicidad. Me gusta mucho el cine y la televisión. Amo disfrutar de una buena playlist y me gusta conocer temas sociales.

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