Habiendo vivido tantas experiencias, Víctor Hugo, con la sinceridad que lo caracteriza, nos revela como llego a donde está ahora, enfrentando críticas y desafíos personales. Su paso por distintos canales le deja una gran enseñanza y reflexión sobre toda su evolución como periodista, aprendió a separar su vida personal con el medio que lo rodea diariamente.
Si no hubieras entrado a la televisión, ¿qué otra profesión hubieras escogido?
Tenía dos opciones, una era ser militar como mi papá y la otra ser futbolista profesional. Solo tenía pensada esas dos opciones. Llegué a la última parte para ser militar y quedé en el cuadro de méritos de los postulantes. También jugué como futbolista, pero me ganó el periodismo. Lo que me convirtió en periodista fueron las casualidades de la vida. Un día un tío, que es comunicador, me llevó a la radio y me encantó, ahí comencé con toda esta aventura.
¿Cómo te proteges personalmente frente a la exposición pública con tu familia?
Con el tiempo es algo que he aprendido. Actualmente llevo una vida tranquila. Soy separado y a mis hijos no los expongo, por toda la inseguridad que hay. Mi vida privada es mi vida privada, pero no me escondo de nada tampoco. No tengo de que esconderme. Ahora si soy más cuidadoso con quién me rodeo.
¿Qué extrañarías si dejarás la televisión?
Extrañaría todo. Obviamente mis años metidos acá en la televisión. Los espacios, la gente, todo en general. He sido desde reportero hasta productor. La televisión me ha acompañado ya casi 25 años. Entonces creo que ha sido todo para mí. Lo que siempre he entregado con honestidad y esfuerzo. Como soy yo.
¿Cómo haces con la toma de decisiones rápidas durante un programa en vivo?
Hay que estar viviendo el momento. Ahora me encargo de la producción del programa Habla chino. Cuando pasa un percance o a último momento sale alguna noticia, es la experiencia y los años que nos ayudan a reaccionar. Nosotros siempre hemos vivido analizando este programa en cada momento. Pero nos ha pasado, por ejemplo, ahora último. Desde que se cayó un entrevistado a las 8 de la noche, hasta lo más reciente con la destitución de la expresidenta Dina Boluarte. Hay que tomar decisiones en el camino. Eso también me lleva a aprender, a mirar, a estar siempre atento a lo que hacían antiguos productores y jefes. Estar metido en todo.
Mencionaste lo que pasó recientemente con Dina Boluarte, ¿crees que la prensa de espectáculos debería opinar al igual que la prensa política?
Somos libres de opinar, acá no hay que poner un rótulo a nadie. La coyuntura nos lleva a tomar decisiones. Vemos diferentes contenidos como programas de televisión o redes sociales. Se debe tener una opinión certera sobre el tema, no podemos jugar con nuestro país. Debemos ser muy responsables. No podemos dar opiniones con el hígado o con el corazón, hay que tener la cabeza centrada. Tener las ideas alineadas. Quien quiere opinar y desea hablar sobre el Perú, es libre. No vivimos en una dictadura, todos pueden opinar. Por ejemplo, si mañana gana Perú, el programa de espectáculos hablará de fútbol.
Entiendo.
Te lo dice una persona que ha trabajado en periodismo deportivo y he opinado sobre política. Desde que estábamos en La batería o en Enemigos públicos. Hay espacios en los cuales tú tienes que cubrir. Sin embargo, hay cierto tema de coberturas que hay que respetar. Cuando juega la selección le dan toda la potestad a la gente de deportes, para que la gente que hace espectáculos u otro tipo de contenido no tenga el mismo acceso. Eso es por cuidar las preguntas para los jugadores.
¿Cuál es la idea o proyecto que consideras tu “obra pendiente”?
Me gusta mucho el deporte, quisiera volver a practicarlo, pero por ahora no. Ahora estoy muy metido en lo que hacemos en Habla chino. Quizás entrar al mundo del podcast a futuro, buscando un contenido distinto. Mucha gente que está en la tele también hace podcast. Me han invitado a algunos. Me han propuesto crear uno y la verdad que lo valoro, pero el tiempo es lo que no me permite tomar decisiones sobre el tema. Habría que pensar mucho para poder hacer algo que funcione y tenga aceptación, sobre todo.
¿Cuál fue tu rol como productor en los últimos meses cuando aún estaban en La Banda Del chino? ¿Hasta qué punto tomaste decisiones?
Subí a la producción el año pasado cuando estábamos en América. Más que nada productor periodístico. Cuando uno ya tiene un mecanismo de trabajo y sabe cómo funciona el programa, se hace más fácil. Siempre estoy involucrado en el programa como reportero. Con la producción era tomar mediciones grupales. Decidir situaciones, notas, contenido del programa. También doy responsabilidades. No tomo toda la responsabilidad porque también quiero que ellos busquen y que hagan su trabajo.
Sobre las declaraciones de César Seijas diciendo que “mataste el programa”, ¿te sorprendieron o cómo lo procesaste?
Imagínate que yo le haga caso a gente que no existe. No hago caso a lo que pueda opinar él o la gente que no sabe exactamente lo que habla. La memoria se le fue. Que opine lo que desee, yo estoy tranquilo. Cada uno sabe la verdad. Y cuando la verdad salga a la luz, vamos a ver quién termina mal. De mi trabajo, muchos de los que han opinado, saben cómo es esto. Son decisiones de cada uno. Si hablas con dolor, obviamente vas a decir cualquier cosa.
¿Cómo es tu amistad con Aldo? ¿Crees que ha cambiado con los años?
Con el tiempo ha madurado. Podemos ser patas dentro de la cancha jugando con los Once machos, que es un equipo que se armó de patas, que busca divertirse y al mismo tiempo llevar ayuda social. Pero fuera de ella, en el trabajo, él es la cabeza del grupo. Él es quien va a tener la responsabilidad de ofrecer al público el contenido que hemos elaborado todos. Consultándole siempre cualquier cosa. Queremos que el conductor se sienta cómodo con lo que vamos a hacer. Es una relación diferenciada, en el sentido de que sabemos cómo somos fuera y dentro del trabajo. Le tengo mucho respeto y mucha confianza. Lo sabe y lo hemos podido conversar.
Has entrevistado a muchas figuras públicas y muy a parte de tu amistad con Aldo ¿qué amistades reales surgieron dentro de ese mundo mediático?
¿Reales? No, yo para hacer amistades reales habría que tener una intimidad mucho mayor. Donde yo pueda contar mis problemas y él me pueda contar lo suyo. Sin embargo, creo que hay amistades respetuosas. Siempre va a haber ese cariño con la mayoría de gente que he conocido en entrevistas y en el medio. También lo he sentido de parte de ellos. Pero no, mi grupo cercano son muy pocos. Aprendes en la vida. El tiempo y los años te ayudan a madurar.
Respondiste a las acusaciones de Daniela Cilloniz, sin embargo, ella recientemente en una entrevista dijo que se le cerraron las puertas en Willax porque tú no querías que estuviera y que ahora quiere hacer las paces contigo, ¿cómo respondes a esto?
No voy a responder a una persona que primero me acusa y después pide disculpas e intenta trabajar conmigo. Ser un grupo, sería difícil. No sería lo mismo. Tengo entendido que dijo que yo le podía prohibir el ingreso a algún lugar, cosa que es completamente errónea. Yo no soy gerente ni dueño del canal. Yo escucho y miro, podría responder, pero no sé si eso me va a sumar. Prefiero que las cosas caigan por su propio peso.
¿Cómo ha sido trabajar con Willax comparado con otros canales en los que estuviste?
Con Willax hemos descubierto que podíamos hacer otras cosas. Hacer una propuesta distinta a lo que generalmente el público veía. Nos sentimos felices por todo. Quizás acá podemos hacer las cosas que nos gusta, y que también le gusta al canal. Son diferentes contenidos. Hemos pasado del 7 al 13, del 13 al 5, del 5 al 4. Y ahora a Willax. Cada uno tiene su encanto. América no lo vamos a negar, es la potencia en televisión. No he trabajado directamente en el 2, pero he estado en uno de sus programas familiares El gran chef. He visto cómo se manejaron ellos. Es completamente distinto estar dentro del contenido de canal.
Vi tu participación en El gran chef ¿Qué rescatas de esa experiencia?
Rescato un montón de cosas. Descubrí que podía cocinar. Descubrí lo que es una competencia. Descubrí la frustración, el malestar y la piconería que tengo. Pero sobre todo, descubrí un grupo maravilloso que entra a esa cocina. Me quedo muy agradecido. Es una de las experiencias más lindas que he tenido. De poder estar en un programa de competencia. Atrás nos cuidaron mucho, se preocuparon mucho por nosotros. El tema de cocinar fue fuerte. Yo ya no daba más, por la situación de tener la responsabilidad del programa en Willax. Si hubiera tenido el tiempo suficiente para concentrarme, yo creo que hubiera podido pelear una final.
Hace años, recuerdo ver que fuiste al mundial de Rusia cuando estabas en La banda del chino, ¿Cómo fue esa experiencia?
Era mi mundial. Yo me divertí muchísimo. He hecho cosas que yo después he podido chequear y he dicho, «pucha, ¿eso hice?”. Me acuerdo que saqué una banda peruana, que fue a tocar a Rusia e hicimos bailar a todos los chicos de diferentes partes del mundo. Fue emocionante. Cuando he visto la repetición hasta me dan ganas de llorar. Pensar y decir, «lo logré.» Logré que el público disfrute nuestra música, y que esté presente en un mundial. Que sea tan bonita y divertida la nota. He hecho muchas cosas en el mundial. De verdad sentí que era mi mundial, en el sentido de que competía yo contra todos. Con mi forma y mi estilo que no lo perdí en ningún momento. Disfruto mucho el hecho de poder compartir con el público. Con la gente y en la calle. Ahora no lo puedo hacer mucho, el programa no lo amerita. Pero si el programa lo necesitara, ten por seguro que chapo mi equipo y voy a entrevistar.
Sobre Fabia Nevado
Estudiante de Comunicación y Publicidad.






