
La primera vez que escuché “Bye Bye” fue en mi tercer año de secundaria, cuando una compañera que recién conocía empezó a tararear el coro. El fragmento fue tan pegadizo que lo tuve en mi mente hasta la hora de salida. Al llegar a casa, busqué la canción por YouTube y descubrí que la cantaba Vilma Palma e Vampiros, banda argentina que reconocí automáticamente por su tema “Auto Rojo”. El estilo rock y pop de los 90 me atrapó rápidamente, demostrándome que sus más de 35 millones de reproducciones no eran casualidad.
Pasaba el tiempo y la relación que tenía con esa compañera se fortalecía cada vez más, sintiéndonos más cercanas que el día anterior. Se convirtió en una amiga muy querida, casi una hermana. “Bye Bye”, junto a otras canciones como “Mujer Amante” de Rata Blanca, se volvieron temas que llenaban esos silencios cuando ya no había más que decir.
“Déjame que yo te pueda ver” o “A veces ganás y otras perdés” cantaba y bailaba cuando íbamos a comprar nuestro desayuno al quiosco en los recreos.
Sonidos como el de la guitarra y el piano eléctrico, así como el de la batería eran los que más recordaba cuando pensaba en el tema de casi seis minutos. Estos instrumentos se complementaban perfectamente para formar la pista de la pieza. Podría describir su ritmo como el de nuestro corazón después de una emoción intensa, comienza con un golpe fuerte y después uno suave, repitiéndose así continuamente. Sin dejar de lado a Mario Gómez, el vocalista, quien usa diferentes matices a lo largo de la canción y es acompañado por coros que convirtieron al estribillo en una parte poderosa.
“Déjame, déjame que te toque la piel” es lo que más se repite de la letra.
El tema aborda una separación, algo que parece ser el fin de una relación amorosa. A ello, la persona se niega a despedirse, por lo que suplica mantener un último contacto. Asimismo, apoyándose de estrofas como “No simules piedad, tengo mis ojos encima tuyos”, pide sinceridad para no crear falsas esperanzas de un posible reencuentro.
Inesperadamente, tuvieron que pasar casi cuatro años desde que la oí para comprender realmente su significado. Esto luego de que mi amiga me dijera que tenía que mudarse a otro país y que no sabía cuándo volvería, aunque prometía regresar en cuanto se acomode en ese lugar completamente desconocido para ella.
No fue una ruptura de pareja, como la que menciona la canción, pero sí la despedida de una amistad con la que compartí mi adolescencia, risas y secretos, por lo que el sentimiento era muy parecido en ese momento. “Ya no puedo evitar esta sensación de soledad”, “espero que te vuelva a ver” y “¿por qué duele entender?” eran partes que ya no se escuchaban igual, sino que reflejarían la distancia que habría.
Tiempo después, en busca de nuevas oportunidades y siguiendo sus sueños, otros dos amigos con quienes compartí ocho años también tuvieron que marcharse. Por ello, temas como “Bye Bye” me recuerdan el poder que tiene la música para ser un puente que nos lleva fácilmente a momentos específicos del pasado.
En Lo que la luna vio, cuento de Hans Christian Andersen, se menciona que cuando las palabras fallan, los sonidos pueden hablar. Esa frase se acerca a lo que siento con esta canción, pues genera una mezcla de emociones difíciles de explicar. No estoy segura si predomina la tristeza al saber que planificar un reencuentro ya no es tan fácil como tocar la puerta de una casa, o la alegría, al darme cuenta de lo bien que lo pasaba con aquellos que convertían cada situación en un mar de risas.
A pesar de los años, la agrupación sigue siendo apreciada, y sus más de cuatro millones de oyentes al mes en Spotify son prueba de ello. Al igual que su regreso a Perú en julio, lo que me hace revivir esos momentos en los que la felicidad era protagonista. Por ello, considero que más allá de ser una despedida, “Bye Bye” es un abrazo en momentos complicados. Aunque el tiempo corra en diferentes ritmos por la distancia, todavía converso con esos amigos que me acompañaron por tanto tiempo, haciendo que la separación pese menos. Amigos a los que en algún momento tuve que decir adiós.

Sobre Yanelly Yomona
Estudiante de Comunicación y Publicidad. Me gusta crear contenido con mensajes de valor. Disfruto ver películas, tomar fotos y conversar durante horas.