Por Sofía Villena julio 01, 2025

Brunamaria Chávez de Piérola, conocida artísticamente como Bruna, tiene 23 años y es actriz, directora de teatro, cantautora y activista feminista. Egresada de Comunicaciones y Publicidad en la Universidad Científica del Sur, combina su pasión por el arte y su amor por la naturaleza con un compromiso profundo por la sanación emocional y la transformación social.

Una de las preguntas base que me gustaría hacerte se da a partir del contexto de la valoración del arte en Perú, que suele presentar oportunidades como desafíos. Uno de los problemas más grandes gira en torno a la dificultad que conlleva querer vivir del arte e incluso el poco reconocimiento que se puede obtener en el rubro. Teniendo en cuenta eso, ¿qué te impulsa a continuar con tu carrera artística?
Mi motivación principal es creer firmemente que el arte contribuye al desarrollo humano en cualquier etapa de la vida. Los niños que crecen rodeados de arte, pintando, leyendo cuentos, viendo películas, tienen una ventaja en expresión y libertad. Siempre digo que el artista es un niño que no se rindió a jugar, y yo quiero hacer eso toda la vida.

En tu presentación como artista, mencionas algo muy importante para ti: que es el amor propio que nos conduce a poder amar al mundo. ¿Por qué es tan importante para ti este concepto?
A lo largo de mi vida, como muchas mujeres, he enfrentado desafíos relacionados con los estándares impuestos sobre cómo debemos ser para ser consideradas bonitas. Estas imposiciones pueden generar heridas profundas, afectando la confianza y seguridad en una misma. Aceptarse y valorarse es fundamental para poder aceptar y valorar al otro. En mis letras e historias hablo de amor propio porque necesito que quien me escuche sepa que es importante. Nadie en el mundo te va a amar tanto como tú misma.

¿Desde cuándo es que incorporas el tema de sanación en tus proyectos? ¿Surge antes de tu faceta en el teatro o se forma después de él?
Desde pequeña hice teatro con Gloria María Solari, y en el trayecto se habló mucho de que el mundo tiene que ser protegido y fui aprendiendo sobre el cuidado del medio ambiente, de la energía de uno mismo y el autocuidado. Pasaron muchas cosas en mi vida donde, lamentablemente o felizmente, me tocó crecer un poquito más rápido de lo que debería y yo sentía que había muchas partes rotas en mí. Entonces, me pareció válido que así como me gusta cuidar el planeta, o cuidar a los míos, cuidarme a mí también sería algo importantísimo. Entonces, cuando enfrentaba momentos difíciles, encontraba sentido en relacionarlos con la naturaleza. Además de que para mí es muy importante sanar porque las heridas a veces sangran y no tienen por qué sangrar en otro que no las causó, entonces, saber y tener el valor de tratarlas me parece que está bueno.

Por otro lado… Actualmente te encuentras incursionando en el ámbito musical; mediante tus redes sociales comentas que escribir y cantar son unas de las cosas que amas. ¿Cómo es que empieza esta faceta en ti?
Siempre me gustó cantar. En mi infancia, participé en teatro musical y cantaba en mi cuarto. Escribía cosas, no necesariamente canciones, pero durante la pandemia decidí tomarlo en serio. Con los pocos acordes que conocía en guitarra, empecé a escribir canciones. Así nacieron las que tengo ahora.

Recientemente lanzaste tu primera canción como Bruna: “Quédate”, ¿qué desafíos enfrentaste al grabarla y producir el videoclip?
Me demoré mucho porque era mi primera vez creando algo propio. Aunque había grabado mi voz para otros proyectos, esto era diferente. Adentrarme en la producción musical profesional fue un reto, pero estuve acompañada de personas que me apoyaron. Mi mayor miedo era que, al escucharla en 10 años, no me reconociera. Quería que reflejara quién soy y no escuchar lo que hicieron de mí, sino lo que yo pude hacer. Por otro lado, el videoclip lo grabamos en Cusco, en el bosque de Q’enqo, que es un lugar muy especial para mí. Grabar fue una experiencia mágica y muy graciosa porque nosotros fuimos sin un plan de rodaje, siguiendo la luna hasta Tambomachay, grabando en un campo de flores amarillas, a pesar del frío.

¿Tienes planes de publicar más música próximamente?
Sí, estoy produciendo una nueva canción, aunque me está costando un poco. Hacer música aquí no es barato, pero la persona con la que estoy trabajando está interesada y lo estamos haciendo paso a paso. Mi plan este año es lanzar un EP (Extended Play: grabación musical que contiene más pistas que un sencillo, pero menos que un álbum) con tres o cuatro canciones.

¿Cómo crees que tu música puede impactar a la sociedad?
Escribo para quien necesite escuchar. Mi intención es contar historias con las que la gente se identifique y sepa que no está sola. La vida es una montaña rusa, llena de incertidumbre, y saber que otros han pasado por lo mismo puede ser reconfortante. Incluso la felicidad a veces necesita ser compartida, y no todos tienen con quién hacerlo. Quiero que, al escuchar mi música, la gente
se sienta acompañada.

Además de tu música, eres activista feminista y organizas espacios seguros para mujeres, como el “Círculo de Mujeres” del 8 de marzo. ¿Qué te motivó a involucrarte de esta manera con el movimiento?
Siempre me ha gustado hacer ruido. Mi primer encuentro con el activismo fue ambiental, por eso elegí la Científica. Pensé en estudiar derecho ambiental, pero me di cuenta de que no era
compatible conmigo. El Círculo de Mujeres nació con mi amiga Sofía Tuesta, quien tiene un proyecto llamado Círculo de Arte. Ella me invitó a varios círculos a compartir mi arte, y decidimos
crear un espacio para mujeres que querían ir a la marcha del 8M, pero no tenían con quién. Es un espacio tranquilo donde conectamos con profesionales que brindan servicios gratuitos como
asesoría legal, nutrición y meditación. Quería ofrecer algo que me hubiera gustado tener cuando era más joven.

¿Planeas continuar con actividades similares en el futuro?
Sí, me gustó la idea de crear este espacio y quiero seguir haciéndolo de diferentes formas. De hecho, una vez combiné teatro y salud mental en un curso llamado «Resuena», que era un curso con el que buscaba liberar la mente de todo el movimiento que es vivir a través del cansancio físico. Es importante encontrar formas de cuidarnos y apoyarnos mutuamente.

¿Qué mensaje le darías a quienes temen seguir sus sueños?
Mándense de una, no hay de otra. Quien quiere hacerlo, se esfuerza en buscar los medios, contactos y personas. No es fácil, yo a veces me siento en desventaja, pero algo que me calma es saber que
el arte es para compartir, no para competir. La única carrera es contigo mismo. Y si no sabes cómo hacer algo, pide ayuda. No saber es valioso porque demuestra disposición para aprender. Así que, mándense con todo, no hay de otra.

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Sobre Sofía Villena

Estudiante de Comunicación y Publicidad.

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