Ximena Arévalo Por Ximena Arévalo mayo 06, 2025

La fotografía de bodas implica capturar momentos significativos durante un matrimonio y ceremonias. Mari Sarria, fotógrafa y comunicadora audiovisual, se dedica a este rubro desde hace una década. En 2019, después de trabajar durante años para otra empresa, creó su propia marca de servicios fotográficos. Fue un proceso de cambio que le permitió obtener conocimiento y experiencias memorables donde explora su estilo artístico. Con más de 20 mil seguidores en Instagram y una agenda 2025 casi cerrada, lo paradójico es que Mari no imaginaba dedicarse a las bodas cuando comenzó en el mundo de la fotografía.

Llevas 10 años siendo fotógrafa de bodas. ¿Cómo fue tu primera boda?
Fue para la prima de una amiga hace wow. Fue mi primera boda sola, pues antes trabajaba para una empresa. Me acuerdo que fue en Chincha, en una hacienda muy linda. Fui un manojo de nervios. Tuve que prepararme de antemano para saber mis tomas fijas, para saber qué no me podía faltar porque el día de la boda siempre es un día en el que tienes que resolver constantemente: suceden cosas en el camino y tú, como artista de bodas, tienes que saber solucionarlas en el camino. Estoy súper agradecida por esa experiencia porque me dio la confianza para emprender sola.

¿Fue inesperada la decisión de ser fotógrafa de bodas? 
Totalmente inesperada. Empecé a ser fotógrafa de bodas porque estaba en la universidad y dije «soy buena en esto, puedo hacerlo mientras acabo la carrera». Diez años después, aquí estoy con mi propia empresa.

Eres la directora de tu marca, Rebel Rebel. ¿Qué implica dirigirla?
Todo. Implica ser supervisora de absolutamente todo: de contabilidad, marketing, cine web, ser artista. Eso es lo que la mayoría de personas que incursiona en el arte no saben. Tienen que ser un poco de todo, un poco psicólogos, un poco ventas. De hecho hay gente que trabaja conmigo hoy y estoy súper agradecida por eso porque me alivian mucho la carga. Pero lo cierto es que nunca te desligas de ningún área, al menos en pequeñas empresas.

¿Cuál es la línea artística que sigue Rebel Rebel?
Siempre describo Rebel como cinemático, alternativo, editorial. Siempre tratamos de cuidar muchísimo la estética, pero sin perder la esencia de quiénes son los retratados. Porque si bien es arte por encargo, es arte por encargo para personas como tú, como yo. Entonces, si son «civiles», no personas que están trabajando en una editorial como modelos, tratamos de que la esencia de cada pareja realmente sea plasmada en el trabajo final. Y que también la experiencia no sea traumática para ellos. Porque de nada me sirve tener un producto de alta gama si es que el recuerdo ligado a eso va a ser horrible para ellos.

¿Qué elementos priorizas conocer durante una sesión fotográfica de preboda?
Los fotógrafos de Rebel Rebel tratan de ir a la preboda. Si bien no siempre se puede por temas logísticos, tratamos de que sea así porque es el momento en el que realmente sabemos cómo fotografiar a la pareja el día de la boda: detectamos sus ángulos, la química, qué tipo de luz les va mejor, en fin. Sí, nos ayuda muchísimo en temas técnicos, pero también en temas de conexión: la pareja sabrá qué esperar de nosotros en ese día especial y confiará más porque será una experiencia más familiar. Es que en el día de la boda no se pueden improvisar muchas cosas. De hecho, es preferible que resuelvas lo imprevisto, pero no que improvises por no llegar preparado. Sabiendo todo esto, el día de la boda fluye como el océano.

¿Algún imprevisto serio te ha obligado a cambiar la dinámica de una sesión?
Sí. Ocurre, sobre todo, cuando estamos de viaje, ya que hacemos mucha fotografía de destino. El clima fuera de Lima es bastante impredecible. Lo peor que nos ha pasado es que haya lluvia torrencial que realmente no cambia nada. Lo único que cambia es el mood de la sesión. La sesión ya no va a ser de un corte cálido, soleado. También cambia el mood de cómo dirigimos a las personas. Tratamos de que sea un poco más íntimo, melancólico, porque tiene que ir de acuerdo a los colores que nos brinda la naturaleza. Entonces, no cambiamos la sesión por temas climáticos, a menos que sea acordado previamente.

Cuando viajas para una boda destino, ¿qué tipo de fotografías realiza primero?
Normalmente hacemos scouting, que es básicamente locacionar [buscar locaciones y analizar antes de ir a tomar fotos] para saber cómo es el manejo de la luz en situaciones que no somos familiares. Hacemos normalmente la sesión preboda, la boda y la sesión postboda.

¿Cómo es una sesión fotográfica en la playa?
Acordamos una playa y nos acomodamos a los elementos naturales de la misma. No llevamos muchos props, no es nuestro estilo, porque sentimos que le quitan naturalidad a las fotos. Entonces, nos acomodamos a lo que haya naturalmente en la locación. Es divertido porque, ya sea verano o invierno, nos mojamos. Ahora bien, nos encanta el movimiento del agua y nos funciona mucho. Tratamos de que sea divertido para ellos también, un proceso en el que el recuerdo de la sesión sea el de día de playa como parte de una cita. Nuestro storytelling es la manera en la que narramos cinemáticamente la sesión y nos ayuda mucho a que todo se transforme en una cita, en una actividad que ellos podrían hacer, ya que así podemos documentarlo como si fuera cine.

Había escuchado que las sesiones post boda son un poco diferentes de las fotografías en la boda real. ¿Cuáles son las diferencias?
Las diferencias son abismales. De hecho, hay gente que no entiende bien la post boda porque cree que es lo mismo que la boda. El día de la boda es un día súper dinámico y documental. Todo está mapeado por protocolo. Entonces, tenemos muy poquito tiempo para una sesión tranquila. En la boda, normalmente hay mucho estrés y muchas distracciones, no nos permite realmente completar la sesión completa. Entonces, la post boda suele hacerse días después o hasta el año después. Vuelven a vestirse como novio y novia. Y tenemos todo el tiempo del mundo para dirigirlos con calma, poder ir a locaciones que de repente estaban lejos de la boda en sí. De hecho, buscamos locaciones épicas que nos permitan tocar una historia mucho más detallada y mejor narrada.

¿Qué consejo darías a aquellos que también quieren empezar su propia marca?
Que se lancen, que no hay un momento perfecto. De hecho, mi momento no fue nada perfecto cuando empecé Rebel Rebel. Venía de una marca anterior que tuvo que separarse y tenía todos los miedos posibles y habidos por haber. Pero poco a poco las cosas fueron calzando con esfuerzo y constancia. Volver a reposicionar tu marca no es nada fácil. Volver a tener el mismo estatus que tenía la marca anterior no es fácil. De hecho empiezas desde cero, pero diría que se lancen. No esperen a que todo esté perfecto para hacerlo, pues las cosas perfectas van sucediendo en el camino.

Retrocedamos diez años: ¿volverías a elegir ser fotógrafa de bodas?
Sí, volvería a tomar la decisión. Porque si bien creo que puedo hacer muchas cosas, siento que esto es algo que ha marcado tanto mi vida, personalidad e identidad como ser humano que nunca podría no estar agradecida con esto. Creo que repetiría cada paso que viví.

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Ximena Arévalo
Sobre Ximena Arévalo

Estudiante de Comunicación y Publicidad. Apasionada por la escritura, la redacción y la investigación creativa. Me interesa el anime y la creación de arte a través de medios escritos y visuales.

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